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Lectura de Hoy

21-08-2024

DEVOCIONAL

Devocional: Romanos 11

Romanos 11 se ha interpretado de maneras que son contradictorias. Aquí no hay espacio para mencionarlas, y mucho menos para evaluarlas, así que sencillamente expondré el fluir del argumento de Pablo, tal como lo veo.

(1) El argumento de Pablo en Romanos 9-10, ¿significa que Dios ha abandonado totalmente a “su pueblo”, es decir, a los israelitas? Pablo escribe rotundo: “¡De ninguna manera!” (11:1). La primera evidencia en contra de este pensamiento (11:1-6) es que Pablo mismo es judío, y benjamita además (una de las tribus que no se separó de la dinastía davídica tras la muerte de Salomón).

En otras palabras, uno no puede decir que Dios había desechado a los israelitas si todavía los está salvando. Más aún, nunca se había tratado de que todos los israelitas mostraran la gracia transformadora. Por ejemplo, cuando Elías, en una profunda depresión, pensó que era el único que quedaba, el Señor le informó que había reservado a siete mil israelitas fieles que jamás habían sucumbido a la adoración de Baal (1 Reyes 19:4,1018; ver también la meditación de 16 de octubre).

Era igual en la época de Pablo que en la nuestra: Dios ha preservado un “remanente” de judíos que han mostrado ser fieles a su revelación continua. Desde la perspectiva de Dios, es un remanente “escogido por gracia” y por lo tanto no se fundamenta en algo tan débil como las obras (11:5-6).

(2) Pero si la nación entera, conforme a las profecías de la Escritura, tropezó de manera tan grande (11:7-10), ¿significa que ya no hay esperanza para ellos, que han perdido la posibilidad de recuperarse? “¡De ninguna ma- nera!” (11:11). Pues en los propósitos redentores de Dios, el endurecimiento importante de los judíos había sido el móvil que impulsó el evangelio hacia los gentiles: y “si su transgresión ha enriquecido al mundo, es decir, si su fracaso ha enriquecido a los gentiles” y “si el haberlos rechazado dio como resultado la reconciliación entre Dios y el mundo”, “¡cuánto mayor será la riqueza que su plena restauración producirá” y “¿no será su restitución una vuelta a la vida?” (11:12, 15).

Suena claramente como si Pablo visualizara un giro importante en el futuro. En la providencia de Dios, el “rechazo” de muchos en Israel ha redundado en abundante gracia para los gentiles; la “aceptación” de muchos en Israel redundará en más gracia para el mundo. Pablo imagina una importante vuelta a Jesús por parte de sus compatriotas judíos, un giro que generará un aún mayor alcance evangelístico a escala mundial.

(3) Pablo extrapola algunas lecciones prácticas para sus lectores cristianos gentiles y usa la analogía de un árbol con ramas que se desgajan y otras que se injertan (11:17-25). Pero la culminación de su argumento es su exaltación de la insondable sabiduría y el conocimiento del Dios que genera este resultado espectacular (11:33-36).

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.
Devocional: Salmos 28–29
Los últimos versículos del Salmo 28 tratan varios temas prominentes en teología bíblica:

(1) El primero y más obvio es la alabanza incontenible de 28:7: “El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias”.

Aquí no vemos una fe resignada, sino más bien una fe que surge de (o produce) un corazón que salta de alegría” y se expresa en un cántico agradecido. No podemos leer el libro de Salmos sin reconocer que la auténtica fe no produce una respuesta emocional estereotipada. Dadas diferentes series de circunstancias, la fe genuina puede vincularse con una confianza casi desesperada y una petición angustiosa, con una confianza y constancia tranquilas, con una alabanza que sobrepasa los límites de la euforia dentro de una espontaneidad espectacular. En este pasaje, la fe tiene que ver más con esta última opción, porque el Señor ya ha oído el clamor de David pidiendo misericordia (28:6).

(2) A lo largo de los siete primeros versículos del salmo, las peticiones y alabanzas de David aparecen en primera persona del singular; surgen de su posición individual. Los dos últimos versículos se centran en el “pueblo” de Dios (28:8-9), su “heredad” colectiva (28:9). En lo que respecta al lenguaje utilizado, este es la consecuencia de la meditación de David en el “ungido” de Dios (28:8), la palabra que acaba generando finalmente el término “mesías”. Como rey, el propio David es el “ungido” real, el “mesías” real.

No obstante, como Dios ha escuchado sus oraciones, le ha mostrado su misericordia y ha dado lugar a su gozosa adoración, su experiencia individual debería ser un paradigma para la comunidad del pacto en toda su extensión. Él representa a sus miembros y existe un profundo sentido en el cual ellos son colectivamente el “ungido” de Dios, su “hijo” (cp. Éxodo 4:22, otro título aplicado tanto a Israel por completo como a su rey de forma distintiva). La expresión “ungido” en un salmo davídico nos empuja a pensar inevitablemente en el rey; el paralelismo del versículo 8 muestra que la expresión se refiere aquí a Israel: “El Señor es la fortaleza de su pueblo, y un baluarte de salvación para su ungido” (cursivas añadidas). El lector concienzudo reflexiona sobre la manera como están vinculados David y el pueblo, y en que Jesús el Mesías (esto es, Jesús el Ungido) no sólo brota del linaje davídico, sino que se manifiesta tanto como rey davídico y personificación de Israel definitivos.

(3) La última línea trae a la mente una agradable verdad. David escribe: “Salva a tu pueblo, bendice a tu heredad, y cual pastor guíalos por siempre” (28:9, cursivas añadidas). Reflexionemos sobre pasajes como Salmos 23; Ezequiel 34; Lucas 15:1-7; Juan 10; 1 Pedro 5:1-4.

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.
1 Samuel 13
Guerra contra los filisteos
13 Saúl tenía treinta años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta y dos años sobre Israel. 2 Y Saúl escogió para sí 3,000 hombres de Israel, de los cuales 2,000 estaban con Saúl en Micmas y en la región montañosa de Betel, y 1,000 estaban con Jonatán en Geba de Benjamín. Y al resto del pueblo lo despidió, cada uno a su tienda.

3 Jonatán hirió la guarnición de los filisteos que estaba en Geba, y lo supieron los filisteos. Entonces Saúl tocó la trompeta por toda la tierra diciendo: «Que lo oigan los hebreos». 4 Y todo Israel oyó decir que Saúl había herido la guarnición de los filisteos, y también que Israel se había hecho odioso a los filisteos. Entonces el pueblo se reunió con Saúl en Gilgal.

5 Y los filisteos se reunieron para pelear contra Israel: 30,000 carros, 6,000 hombres de a caballo y gente tan numerosa como la arena a la orilla del mar; y subieron y acamparon en Micmas, al oriente de Bet Avén. 6 Cuando los hombres de Israel vieron que estaban en un apuro, pues el pueblo estaba en gran aprieto, el pueblo se escondió en cuevas, en matorrales, en peñascos, en sótanos y en fosos. 7 También algunos de los hebreos pasaron el Jordán a la tierra de Gad y de Galaad. Pero Saúl estaba todavía en Gilgal, y todo el pueblo le seguía atemorizado.

8 Él esperó siete días, conforme al tiempo que Samuel había señalado, pero Samuel no llegaba a Gilgal, y el pueblo se le dispersaba. 9 Entonces Saúl dijo: «Tráiganme el holocausto y las ofrendas de paz». Y él ofreció el holocausto. 10 Tan pronto como terminó de ofrecer el holocausto, llegó Samuel; y Saúl salió a su encuentro para saludarle.

11 Pero Samuel dijo: «¿Qué has hecho?». Y Saúl respondió: «Como vi que el pueblo se me dispersaba, que tú no llegabas dentro de los días señalados y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, 12 me dije: “Ahora los filisteos descenderán contra mí en Gilgal, y no he implorado el favor del Señor”. Así que me vi forzado, y ofrecí el holocausto».

13 Samuel dijo a Saúl: «Has obrado neciamente; no has guardado el mandamiento que el Señor tu Dios te ordenó, pues ahora el Señor hubiera establecido tu reino sobre Israel para siempre. 14 Pero ahora tu reino no perdurará. El Señor ha buscado para sí un hombre conforme a Su corazón, y el Señor lo ha designado como príncipe sobre Su pueblo porque tú no guardaste lo que el Señor te ordenó».

15 Entonces Samuel se levantó y subió de Gilgal a Guibeá de Benjamín. Y Saúl contó el pueblo que se hallaba con él, como 600 hombres. 16 Y Saúl, su hijo Jonatán y el pueblo que se hallaba con ellos, estaban situados en Geba de Benjamín, mientras los filisteos acampaban en Micmas. 17 Y salió una avanzada del campamento de los filisteos en tres compañías; una compañía se dirigió por el camino de Ofra, a la tierra de Sual; 18 otra compañía se dirigió por el camino de Bet Horón, y la otra compañía se dirigió por el camino de la frontera que mira sobre el valle de Zeboim, hacia el desierto.

19 En toda la tierra de Israel no podía hallarse ningún herrero, pues los filisteos decían: «No sea que los hebreos hagan espadas o lanzas». 20 Y todo Israel tenía que descender a los filisteos, cada cual para afilar la reja de su arado, su azuela, su hacha o su azadón. 21 El precio era dos tercios de siclo (8 gramos de plata) por las rejas de arado, las azuelas, las horquillas, las hachas, y para arreglar los azadones. 22 Y sucedió que en el día de la batalla, no había espada ni lanza en mano de ninguna de la gente que estaba con Saúl y Jonatán, solo las tenían Saúl y su hijo Jonatán. 23 Y la guarnición de los filisteos salió hacia el paso de Micmas.

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Romanos 11
LIBRO QUINTO
El remanente de Israel
11 Digo entonces: ¿Acaso ha desechado Dios a Su pueblo? ¡De ningún modo! Porque yo también soy israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín. 2 Dios no ha desechado a Su pueblo, al cual conoció con anterioridad. ¿O no saben lo que dice la Escritura en el pasaje sobre Elías, cómo suplica a Dios contra Israel: 3 «Señor, han dado muerte a Tus profetas, han derribado Tus altares; y solo yo he quedado y atentan contra mi vida?». 

4 Pero, ¿qué le dice la respuesta divina?: «Me he reservado siete mil hombres que no han doblado la rodilla a Baal».5 Y de la misma manera, también ha quedado en el tiempo presente un remanente conforme a la elección de la gracia de Dios. 6 Pero si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.

7 Entonces ¿qué? Aquello que Israel busca no lo ha alcanzado, pero los que fueron escogidos lo alcanzaron y los demás fueron endurecidos; 8 tal como está escrito:«Dios les dio un espíritu embotado,
Ojos con que no ven y oídos con que no oyen,

Hasta el día de hoy».9 Y David dice:«Su banquete se convierta en lazo y en trampa,
Y en piedra de tropiezo y en retribución para ellos.
10 Oscurézcanse sus ojos para que no puedan ver,
Y dobla sus espaldas para siempre».

La salvación de los gentiles

11 Digo entonces: ¿Acaso tropezaron para caer? ¡De ningún modo! Pero por su transgresión ha venido la salvación a los gentiles, para causarles celos. 12 Y si su transgresión es riqueza para el mundo, y su fracaso es riqueza para los gentiles, ¡cuánto más será su plenitud!13 Pero a ustedes hablo, gentiles. Entonces, puesto que yo soy apóstol de los gentiles, honro mi ministerio, 14 si en alguna manera puedo causar celos a mis compatriotas y salvar a algunos de ellos. 

15 Porque si el excluirlos a ellos es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos? 16 Y si el primer pedazo de masa es santo, también lo es toda la masa; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.17 Pero si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo un olivo silvestre, fuiste injertado entre ellas y fuiste hecho participante con ellas de la rica savia de la raíz del olivo, 18 no seas arrogante para con las ramas. Pero si eres arrogante, recuerda que tú no eres el que sustenta la raíz, sino que la raíz es la que te sustenta a ti. 

19 Dirás entonces: «Las ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado». 20 Muy cierto. Fueron desgajadas por su incredulidad, pero tú por la fe te mantienes firme. No seas altanero, sino teme; 21 porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco a ti te perdonará.22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios: severidad para con los que cayeron, pero para ti, bondad de Dios si permaneces en Su bondad. De lo contrario también tú serás cortado. 

23 Y también ellos, si no permanecen en su incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para injertarlos de nuevo. 24 Porque si tú fuiste cortado de lo que por naturaleza es un olivo silvestre, y contra lo que es natural fuiste injertado en un olivo cultivado, ¿cuánto más estos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?

La salvación de Israel al fin de los tiempos

25 Porque no quiero, hermanos, que ignoren este misterio, para que no sean sabios en su propia opinión: que a Israel le ha acontecido un endurecimiento parcial hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles. 26 Así, todo Israel será salvo, tal como está escrito:«El Libertador vendrá de Sión;
Apartará la impiedad de Jacob.

27 Y este es Mi pacto con ellos,
Cuando Yo quite sus pecados».28 En cuanto al evangelio, son enemigos por causa de ustedes, pero en cuanto a la elección de Dios, son amados por causa de los padres. 29 Porque los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables.

30 Pues así como ustedes en otro tiempo fueron desobedientes a Dios, pero ahora se les ha mostrado misericordia por razón de la desobediencia de ellos, 31 así también ahora estos han sido desobedientes, para que por la misericordia mostrada a ustedes, también a ellos ahora les sea mostrada misericordia. 32 Porque Dios ha encerrado a todos en desobediencia para mostrar misericordia a todos.

La insondable sabiduría de Dios

33 ¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son Sus juicios e inescrutables Sus caminos! 34 Pues, ¿quién ha conocido la mente del Señor? ¿O quién llego a ser Su consejero? 35 ¿O quién le ha dado a Él primero para que se le tenga que recompensar? 36 Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén.

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Jeremías 50
Profecía sobre Babilonia

50 La palabra que el Señor habló acerca de Babilonia, la tierra de los caldeos, por medio del profeta Jeremías:2 «Anúncienlo entre las naciones y háganlo oír;
Levanten estandarte, háganlo oír.
No lo oculten, sino digan:
“Ha sido tomada Babilonia,
Está avergonzado Bel, destrozado Merodac;
Han sido avergonzadas sus imágenes, destrozados sus ídolos”.

3 Porque ha subido contra ella una nación del norte
Que hará de su tierra objeto de horror,
Y no habrá habitante en ella.
Tanto hombres como animales habrán huido, se habrán ido.
4 En aquellos días y en aquel tiempo», declara el Señor,
«Vendrán los israelitas, ellos junto con los hijos de Judá;
Vendrán andando y llorando,
Y al Señor su Dios buscarán.
5 Preguntarán por el camino de Sión,
Hacia donde volverán sus rostros;
Vendrán para unirse al Señor
En un pacto eterno que no será olvidado.

6 Mi pueblo ha venido a ser como ovejas perdidas;
Sus pastores las han descarriado,
Haciéndolas vagar por los montes.
Han andado de monte en collado
Y han olvidado su lugar de descanso.
7 Todos los que los hallaban, los devoraban;
Y sus enemigos han dicho: “No somos culpables,
Porque ellos han pecado contra el Señor, morada de justicia,
El Señor, esperanza de sus padres”.

8 Huyan de en medio de Babilonia,
Y salgan de la tierra de los caldeos;
Sean como machos cabríos al frente del rebaño.
9 Porque Yo hago despertar y subir contra Babilonia
Una horda de grandes naciones de la tierra del norte,
Que se alinearán para la batalla contra ella;
Desde allí será llevada cautiva.
Sus flechas serán como de diestro guerrero
Que no vuelve con las manos vacías.

10 Y Caldea se convertirá en botín;
Todos los que la saqueen se saciarán», declara el Señor.11 «Porque ustedes se alegran, porque se regocijan,
Saqueadores de Mi heredad,
Porque saltan como novilla trilladora
Y relinchan como caballos sementales,
12 Su madre se avergonzará en gran manera,
Será humillada la que los dio a luz.
Será la última de las naciones:
Desierto, sequedal y lugar desolado.

13 A causa del enojo del Señor, no será habitada,
Sino que estará desolada toda ella;
Todo el que pase por Babilonia se quedará atónito
Y silbará a causa de todas sus heridas.
14 Pónganse en orden contra Babilonia en derredor suyo,
Todos los que entesan el arco;
Tiren contra ella, no escatimen las flechas,
Porque ha pecado contra el Señor.

15 Den grito de guerra en derredor contra ella.
Se ha rendido, caen sus columnas,
Son derribadas sus murallas.
Porque esta es la venganza del Señor:
Tomen venganza de ella;
Como ella ha hecho, así hagan con ella.

16 Exterminen de Babilonia al sembrador
Y al que maneja la hoz en tiempo de la siega;
Ante la espada opresora,
Cada uno volverá a su pueblo,
Cada uno huirá a su tierra.

17 »Rebaño descarriado es Israel; los leones lo han ahuyentado. Primero lo devoró el rey de Asiria, y después Nabucodonosor, rey de Babilonia, quebró sus huesos. 18 Por tanto, así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: “Voy a castigar al rey de Babilonia y a su tierra, como castigué al rey de Asiria. 19 Y volveré a traer a Israel a su pastizal, y pastará en el Carmelo y en Basán, y se saciarán sus deseos en la región montañosa de Efraín y en Galaad. 20 En aquellos días y en aquel tiempo”, declara el Señor, “se buscará la iniquidad de Israel, pero no habrá ninguna, y los pecados de Judá, pero no se hallarán; porque perdonaré a los que Yo haya dejado como remanente”.

21 »Sube contra la tierra de Merataim, contra ella
Y contra los habitantes de Pecod.
Mátalos y destrúyelos», declara el Señor,
«Y haz conforme a todo lo que te he ordenado.
22 ¡Hay estruendo de guerra en el país,
Y gran destrucción!
23 ¡Cómo ha sido cortado y quebrado
El martillo de toda la tierra!
¡Cómo se ha convertido Babilonia
En objeto de horror entre las naciones!
24 Babilonia, te puse lazo, y fuiste atrapada,
Y tú no te diste cuenta;
Has sido sorprendida y apresada
Porque te pusiste a provocar al Señor».

25 El Señor ha abierto Su arsenal
Y ha sacado las armas de Su indignación,
Porque esta es obra del Señor, Dios de los ejércitos,
En la tierra de los caldeos.
26 Vengan contra ella desde los últimos confines;
Abran sus graneros,
Conviértanla en montones
Y destrúyanla por completo;
Que no le quede nada.
27 Pasen a espada todos sus novillos;
Que desciendan al matadero.
¡Ay de ellos, porque ha llegado su día,
La hora de su castigo!

28 Se oye la voz de los que huyeron y escaparon de la tierra de Babilonia
Anunciando en Sión la venganza del Señor nuestro Dios,
La venganza de Su templo.29 «Recluten arqueros contra Babilonia,
A todos los que entesan el arco;
Acampen contra ella por todos lados,
Que no haya escape.
Denle el pago conforme a su obra;
Conforme a todo lo que ha hecho, así hagan con ella;
Porque se ha vuelto insolente contra el Señor,
Contra el Santo de Israel.
30 Por tanto, sus jóvenes caerán en sus calles,
Y todos sus hombres de guerra serán silenciados en aquel día», declara el Señor.

31 «Estoy contra ti, arrogante»,
declara el Señor, Dios de los ejércitos,
«Porque ha llegado tu día,
La hora en que te castigaré.
32 Y la arrogante tropezará y caerá
Sin que nadie la levante.
Prenderé fuego a sus ciudades,
El cual devorará todos sus alrededores».

33 Así dice el Señor de los ejércitos:«Oprimidos están los israelitas
Y los hijos de Judá también;
Todos los que los tomaron cautivos los han retenido,
Se han negado a soltarlos.
34 Pero su Redentor es fuerte, el Señor de los ejércitos es Su nombre;
Defenderá su causa con energía
Para traer reposo a la tierra
Y turbación a los habitantes de Babilonia.
35 Espada contra los caldeos», declara el Señor,
«Y contra los habitantes de Babilonia,
Contra sus oficiales y sus sabios.

36 Espada contra los impostores, y se volverán necios.
Espada contra sus valientes, y serán destrozados.
37 Espada contra sus caballos y contra sus carros,
Y contra todos los extranjeros que están en medio de ella,
Y serán como mujeres.
Espada contra sus tesoros, y serán saqueados.
38 Sequía sobre sus aguas, y se secarán;
Porque es una tierra de ídolos,
Y se vuelven locos por sus horribles ídolos.

39 Por tanto, allí vivirán las fieras del desierto junto con las hienas,
También vivirán avestruces en ella;
Nunca más será habitada
Ni poblada por generación y generación.
40 Como cuando Dios destruyó a Sodoma,
A Gomorra y a sus ciudades vecinas», declara el Señor,
«Ningún hombre habitará allí,
Ni residirá en ella hijo de hombre.

41 »Un pueblo viene del norte,
Una gran nación,
Y muchos reyes se levantarán
De los confines de la tierra.
42 Empuñan arco y jabalina;
Son crueles y no tienen misericordia.
Su voz ruge como el mar,
Y a caballo van montados,
Alineados como un solo hombre para la batalla
Contra ti, hija de Babilonia.

43 El rey de Babilonia ha oído noticias de ellos,
Y flaquean sus manos;
La angustia se ha apoderado de él,
Agonía como de mujer de parto.
44 Viene uno que subirá como león
De la espesura del Jordán a una pradera de verdes pastos,
Y en un instante lo haré huir de él,
Y al que sea escogido nombraré sobre él.
Porque ¿quién es como Yo y quién me citará a juicio?

¿Quién es el pastor que me podrá resistir?».45 Por tanto, oigan el plan que el Señor ha trazado contra Babilonia, y los designios que ha decretado contra la tierra de los caldeos; ciertamente los arrastrarán, aun a los más pequeños del rebaño; ciertamente a causa de ellos hará una desolación de su pastizal. 46 Al grito de «¡Babilonia ha sido tomada!», la tierra tiembla y el clamor se oye entre las naciones.

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Salmos 28–29
Súplica y acción de gracias
Salmo de David.
28 A Ti clamo, oh Señor;
Roca mía, no seas sordo para conmigo,
No sea que si guardas silencio hacia mí,
Venga a ser semejante a los que descienden a la fosa.
2 Escucha la voz de mis súplicas cuando a Ti pido auxilio;
Cuando levanto mis manos hacia el Lugar Santísimo de Tu santuario.
3 No me arrastres con los impíos
Ni con los que obran iniquidad,
Que hablan de paz con su prójimo,
Mientras hay maldad en su corazón.

4 Dales conforme a su obra y según la maldad de sus hechos;
Dales conforme a la obra de sus manos;
Págales su merecido.
5 Porque no tienen en cuenta los hechos del Señor
Ni la obra de Sus manos,
Él los derribará y no los edificará.6 Bendito sea el Señor,
Porque ha oído la voz de mis súplicas.

7 El Señor es mi fuerza y mi escudo;
En Él confía mi corazón, y soy socorrido;
Por tanto, mi corazón se regocija,
Y le daré gracias con mi cántico.
8 El Señor es la fuerza de su pueblo,
Y Él es defensa salvadora de Su ungido.

9 Salva a Tu pueblo y bendice a Tu heredad,
Pastoréalos y llévalos en Tus brazos para siempre.

La voz del Señor en la tormenta
Salmo de David.

29 Tributen al Señor, oh hijos de los poderosos,
Tributen al Señor gloria y poder.
2 Tributen al Señor la gloria debida a Su nombre;
Adoren al Señor en la majestad de la santidad.3 Voz del Señor sobre las aguas.
El Dios de gloria truena,
El Señor está sobre las muchas aguas.

4 La voz del Señor es poderosa,
La voz del Señor es majestuosa.
5 La voz del Señor rompe los cedros;
Sí, el Señor hace pedazos los cedros del Líbano;
6 Y como becerro hace saltar al monte Líbano;
Y al monte Sirión como cría de búfalo.
7 La voz del Señor levanta llamas de fuego.

8 La voz del Señor hace temblar el desierto;
El Señor hace temblar el desierto de Cades.
9 La voz del Señor hace parir a las ciervas
Y deja los bosques desnudos,
Y en Su templo todo dice: «¡Gloria!».10 El Señor se sentó como Rey durante el diluvio;
Sí, como Rey se sienta el Señor para siempre.
11 El Señor dará fuerza a Su pueblo;
El Señor bendecirá a Su pueblo con paz

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