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Traigan sus diezmos y ofrendas a la iglesia

PODCAST – HÉCTOR SALCEDO • PEPE MENDOZA • FABIO ROSSI

El manejo del dinero en la iglesia cristiana siempre ha sido causa de controversia. En este episodio invitamos al pastor y economista Héctor Salcedo para hablar sobre:

  • El debate respecto al “diezmo”. ¿Es bíblico o se trata de un invento de los pastores para arrebatarle el dinero a los crédulos? ¿Hay sustento para hablar del diezmo a la iglesia hoy?

  • Consejos para cristianos que han pasado por una mala experiencia eclesial respecto al dinero, y que ahora dudan si deben o no ofrendar en su iglesia local.

  • El ministerio como un sinónimo de escasez y penas. ¿Quién debe establecer el salario del obrero en la iglesia local? ¿Cómo podemos saber si estamos siendo justos con el salario que reciben nuestros pastores?

  • El ministerio bivocacional. ¿Cómo debemos verlo? ¿Es bíblico? ¿Es una ayuda o más bien se convierte en un estorbo para el ministerio?

TRANSCRIPCIÓN

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Fabio Rossi: Hoy tendremos una conversación muy, muy especial con el pastor Héctor Salcedo. Es pastor en la Iglesia Bautista Internacional en República Dominicana y es acerca del dinero. Pepe, qué te puedo decir del dinero en la Iglesia ha sido tema de discusión importante por muchos años.

00:00:40
Pepe Mendoza: Sí, creo que en esta oportunidad quisiéramos atacar tres aspectos que yo creo que se discuten mucho y que se mantienen en el escenario de la discusión de la Iglesia. Uno es el diezmo, ¿es válido, no es válido? Lo segundo es cómo se administra el dinero en la iglesia, quién lo administra son los pastores los que lo toman, ellos deciden qué hacer con ellos. Y lo tercero que quisiéramos hablarles es, ¿a los pastores se les debe pagar o no se les debe pagar? ¿Se les debe pagar bien o se les debe pagar mal? Yo creo que estos temas son candentes en este momento.

00:01:22
Fabio Rossi: Hola a todos, bienvenidos a Textos fuera de Contexto, este espacio donde hablamos sobre temas difíciles de la Biblia, del ministerio y de la vida cristiana con invitados especiales. Hoy tengo el gozo, el privilegio de estar hoy aquí con mi queridísimo Pepe Mendoza. ¿Cómo estás, Pepe?

00:01:41
Pepe Mendoza: Gracias a Dios el Señor tiene cuidado de nosotros y nosotros vamos viviendo un día a la vez siempre el trabajo sobrecargado, pero el Señor es quien nos sostiene y nos da la fuerza del búfalo. Así que hoy día, también en Texto fuera de Contexto, tenemos a un gran amigo con el que queremos conversar. Y no voy a darle más preámbulos y vamos a darle la entrada a nuestro amigo, el pastor Héctor Salcedo. Y como dice el pastor Miguel Núñez, cada vez que lo presenta en la IBI: “El pastor Héctor Salcedo, cariñosamente conocido como Chacho”. Porque, sí o no Héctor, que cada vez que te presenta el pastor, él dice eso. ¿Cómo estás, Chacho?

00:02:26
Héctor Salcedo: Bien, bien. Yo creo que me llamo “cariñosamente Chacho”, todo completo. Bien, Pepe y Fabio, gracias por la invitación y un gozo, también una alegría para mí poder compartir como amigos, como hermanos y como soldados en este reino de nuestro Señor Jesucristo.

00:02:46
Pepe Mendoza: Qué alegría estar aquí contigo y siempre aprovechamos los primeros minutos para que nuestra audiencia pueda conocer a los pastores con los que conversamos. Muchas veces los conocen a través de su ministerio, a través de los libros que han escrito, a través de sus propios podcast. Cierto, las actividades que nosotros vemos a través de las redes sociales, pero nosotros queremos dar a conocer un poco más de lo que conocemos más íntimamente de nuestros amigos, y en este caso, Héctor no es cierto, cariñosamente Chacho, es dominicano, economista y yo sé que estudió en Chile, se perfeccionó en economía en Chile. También estudió en Chicago, en Moody Institute. Pero hay algo que quizás la gente no sabe. Chacho, yo quiero preguntarte qué deporte practicabas en tu juventud, cuando eras más joven, por decirlo de alguna manera. ¿Cuál era ese deporte que te apasionaba cuando eras más joven?

00:03:49
Héctor Salcedo: Joven, el voleibol. Era mi deporte preferido, favorito. Practiqué todos los deportes, muchos deportes. Practiqué el básquetbol, el ping pong, el béisbol, que es el deporte por excelencia de República Dominicana. Pero el voleibol fue mi deporte el que más horas le dediqué. Pero no es mi deporte de mi adultez tardía o de mi juventud tardía. Ya he cambiado en ese momento.

00:04:13
Pepe Mendoza: Yo creo que ahora estás medio tenista. Yo he escuchado por ahí.

00:04:19
Héctor Salcedo: Comparto la misma pasión que Fabio. Creo que él no lo está practicando como yo lo hago, pero si yo estoy ahora mismo disfrutando mucho del tenis. Es un deporte que primero me ejercita y lo necesito cardio, lógicamente. Y segundo, me entretiene enormemente. Es un deporte muy entretenido. Me gustan los individuales más que los dobles.

00:04:39
Fabio Rossi: ¿Y qué eres: equipo, Federer o Nadal?

00:04:43
Héctor Salcedo: Yo soy más Federer.

00:04:44
Fabio Rossi: Y de la nueva generación, ¿Dominic Thiemo o Tsitsipas?

00:04:49
Héctor Salcedo: Tsitsipas.

00:04:51
Fabio Rossi: Entonces, ahora sí podemos seguir con la conversación, has respondido bien.

00:04:55
Pepe Mendoza: Yo me he quedado pero anonadado y aquí estaba el el diálogo tenístico profundo.

00:05:01
Héctor Salcedo: Si hay una unión especial entre tenistas.

00:05:04
Pepe Mendoza: Me di cuenta de esto. Héctor, sabemos, quizás el público no sabe que tú estás casado con la famosa Chabela de Salcedo, conocida también por su podcast, que también transmitimos a través de Coalicion. Pero háblanos un poco acerca de tus hijos.

00:05:23
Héctor Salcedo: Tengo ya dieciocho años de casado. Charbela y yo hemos procreado dos hijos. Hoy precisamente el menor está de cumpleaños. Están jugando con unos amigos allá en el patio. Él cumple 10 años hoy, es Daniel. Y el otro mayor, es Elías. Dos varones, uno de cabello negro, otro de cabello amarillo, pero los dos son míos. Seguro. Son tesoro especial para mí, orando por ellos para que el Señor les guíe todavía esperando que haya una evidencia de salvación. Creemos que ellos conocen el Evangelio. Creemos que lo han aceptado, pero hay que ver los frutos. Pero me siento muy esperanzado y tranquilo en el Señor de que en su momento Él nos mostrara esos frutos.

00:06:17
Fabio Rossi: Bueno, por años ha existido un debate sobre el tema del diezmo. Y bueno, el dinero siempre ha sido una causa de un poquito de controversia, de malos entendidos por lo que uno ha visto en la historia de la iglesia. Lamentablemente el uso, o mejor dicho, el abuso acerca del dinero en la iglesia ha sido causa de tropiezo, de malos entendidos, de divisiones, de heridas en el corazón de muchos cristianos y sobre todo, una afrenta para el nombre del Señor. Pero hay una discusión acerca del diezmo en medio de todo eso. Si es bíblico, si no es bíblico, si fue algo que de verdad podemos sustentar a la luz de la Palabra de Dios, o es algo que más bien, como dicen algunos, eso se lo inventaron los pastores para arrebatarle el dinero a los crédulos en la iglesia. ¿Hay un sustento para hablar del diezmo en la iglesia?

00:07:16
Héctor Salcedo: Sí, bueno, ciertamente como dices, Fábio, es algo que ha traído mucha controversia a través del tiempo por tratarse de dinero. El dinero tiende a ser engañoso, corrompe y es muy delicado su manejo. Pero tu pregunta específicamente de si el diezmo es bíblico, bueno, la respuesta corta es sí es bíblico. Lo que tendríamos que preguntarnos es si el diezmo está vigente como tal, como norma obligatoria de conducta del creyente hoy en día. Esa es la pregunta. Claramente el diezmo está instituido en la ley de Moisés, en lo que conocemos como la Ley Mosaica, la ley judía que gobernó a los judíos por muchísimo tiempo, por muchísimos años, hasta la época de Cristo, por así decirlo, desde Moisés hasta la época de Cristo. Y habían habían instituciones o más bien instrucciones sobre las dádivas. Y uno de los términos que se utilizó fue el concepto de diezmo, sea la décima parte de mi porción de ingreso. No voy a entrar en los detalles de todo lo que incluía esas porciones, porque quiero concentrarme en si el diezmo está vigente hoy en día o no porque fue tu pregunta. Entonces, el Viejo Testamento si lo instituye y lo deja claro. En el Nuevo Testamento nosotros encontramos la palabra diezmo muy poco, muy poco. De manera específica, nueve veces apenas se menciona el diezmo en el Nuevo Testamento. Tres en los Evangelios y dos de esos versículos son pasajes paralelos. O sea que es el mismo pasaje. Uno en otro pasaje de Lucas, y otro y seis veces se menciona en el libro de Hebreos. En ninguna de las nueve veces que aparece la palabra diezmo en el Nuevo Testamento se está instruyendo a que se a que sea una práctica o una norma del Nuevo Testamento o de las iglesias. De hecho, en el libro de Hebreos que es donde más se menciona, se menciona en el contexto del famoso sacerdote o sacerdocio de Melquisedec, en Hechos 7. Y se dice que Abraham le dio los diezmos a Melquisedec. Pero ahí se habla de diezmo, no porque se esté instituyendo, simplemente se está hablando del sacerdocio de Melquisedec haciendo alusión al sacerdocio de Cristo. Y se dice que Abraham, que era el padre de la fe, le dio diezmos indicando que él era inferior a Melquisedec y estaba honrando al Dios verdadero. Pero no hay una instrucción de diezmo. Entonces, yo me pregunto, si el diezmo fuese una instrucción para la iglesia de hoy, debería estar en una carta pastoral, en una primera segunda de Timoteo, en Tito, en Corintios, en Tesalónica, en Gálatas, en algún tipo de instrucción de alguna de estas iglesias del Nuevo Testamento debería estar presente y no hay. No hay instrucción específica presente del diezmo en el Nuevo Testamento. Por lo tanto, nosotros entendemos que el diezmo jugó un rol en el Viejo Testamento. Quizás ahorita podemos o más tarde podemos hablar específicamente de qué forma de manera concreta lo hizo en el Viejo Testamento, pero en el Nuevo Testamento no vemos ninguna instrucción. Por lo tanto, decir que el diezmo es una norma obligatoria para el día de hoy no, no sería válido. Dos cosas quiero mencionar solamente para terminar mi pregunta. Muchos indican que el hecho que el diezmo haya sido dado por Abraham a Melquisedec, que fue antes de la ley de Moisés, indica que el diezmo trasciende la ley. De hecho, Jacob también le ofreció un diezmo al Señor si lo bendecía. Pero Jacob estuvo más bien sobornando a Dios. “Si tú me das, yo te doy”. Dios no lo necesitaba realmente ese diezmo de Jacob, ni lo quería en esas condiciones. Pero Abraham sí lo ofreció Melquisedec, a pesar de que la ley no estaba instituida. Entonces muchos dicen: “Bueno, el diezmo entonces trasciende la ley, estuvo antes de la ley, y debe estar después de la ley”. Pero esa conclusión no es del todo correcta, porque hay muchas cosas que ocurrieron antes de la ley también. El sacrificio, por ejemplo, de animales que hicieron, que hizo Abel y que hizo luego Noé, y que hicieron muchísimos patriarcas estaba antes de la ley; el sacrificio de animales. Y no por eso concluimos que los animales hoy en día también tienen que ser sacrificados. Entonces, ese argumento no es razón para mantener el diezmo hoy en día como una norma o una práctica de la iglesia del Nuevo Testamento. Y por último, y ciertamente el diezmo en el Viejo Testamento tenía roles distintos a lo que se le quiere dar hoy en día. Hoy en día, básicamente cuando se habla de diezmo en la iglesia se habla para el sostenimiento de la iglesia, pero en aquella época era todo el sistema de impuestos del pueblo judío. Entonces no era equivalente a lo que tenemos hoy en día en las iglesias, la mayoría de las iglesias que todavía lo implementan. Para terminar, sí creo que hay un principio que se mantiene y es que la obra de Dios debe ser financiada, pagada por los hijos de Dios, por los que pertenecen a la Iglesia, y ya vamos a hablar en qué maneras y de qué forma. Pero en conclusión, entiendo que el diezmo no es una norma neotestamentaria, aunque sí estaba en el Viejo Testamento bajo ciertas condiciones.

00:13:02
Pepe Mendoza: Lo cierto, Chacho, es que la palabra diezmo es una palabra que la usan las iglesias locales de manera particular para referirse a esta contribución que en algunas iglesias tiene un carácter más voluntario, y en otras iglesias hasta se señala el 10% y se recomienda, y no solo se recomienda, sino que hasta se ordena que el miembro contribuya con el 10% de sus ingresos de manera específica. Pero yo quiero entrar a dos aspectos, y tú lo mencionaste, que yo creo que son importantes y que tienen que ver con nuestra conversación, porque queremos ilustrar a nuestros oyentes con respecto a dos temas. Ya que la palabra diezmo sí forma parte del vocabulario pastoral. O sea, nosotros hablamos de los diezmos y las ofrendas. Las personas tienen que entregar sus diezmos y ofrendas. En los cursos de membresía hablamos de los diezmos y las ofrendas. ¿Cómo el liderazgo de la iglesia entiende este tipo de sostenimiento, como tú lo dices? Esta responsabilidad de sostener la obra local. Porque de lo que estamos hablando de una iglesia local. ¿Cómo debe entender un creyente esta responsabilidad económica para con la iglesia?

00:14:22
Héctor Salcedo: Sí, sí, te entiendo. Bueno, nosotros, o sea, es lo que creemos y es lo que enseñamos en nuestra propia iglesia. Necesariamente, la Iglesia, todo lo que implica operar la Iglesia (Pagar sus cuentas, pagar los los que sirven en la iglesia de manera a tiempo completo, etc.), la Iglesia necesita recursos y necesita entonces que su membresía se comprometa a dar de manera regular y sistemática una cantidad. Nosotros decimos bueno y la gente pregunta bueno, qué cantidad. Decimos bueno, tú puedes considerar un 10% qué y ¿de dónde sacamos eso? Bueno. Antes se hacía en base a un 10%. Tú puedes considerar de manera voluntaria dar un 10% de manera regular y sistemática. Lo que si la Iglesia necesita es el compromiso de su membresía de apoyar la obra. Cuando nosotros mandamos, por ejemplo, un misionero fuera del país o dentro del país, hacer una obra en otra localidad, necesitamos comprometernos a sostenerlo. Ese sostenimiento necesita regularidad. Entonces, lo que nosotros decimos es que: busca el rostro de Dios. Ora ponte de acuerdo con tu pareja si es que estás casado y decidan una cantidad que de manera regular ustedes puedan y quieran dar. Puede ser un 10, puede ser más de un 10. En algunas iglesias y dicen bueno, lo que ustedes decidan está bien, ¿no? Ni siquiera sugerimos un porcentaje. Nosotros no tendríamos ningún problema con eso. En nuestra iglesia nosotros sugerimos que el punto de partida sea un 10, pero no estamos supervisando quien da más y quien menos. Eso se lo dejamos a la persona y a su conciencia. Que la persona busque el rostro de Dios. Simplemente sugerimos como un punto de partida y que tiene que ser regular para que la iglesia se pueda planificar y que sea ordenado su desarrollo. Entonces esa es la manera como nosotros lo abordamos. Nosotros hablamos de ofrenda, de dádiva. Escasamente, si es que hemos mencionado en nuestra iglesia la palabra “diezmo”, porque no queremos inducir o dejar como especificar que estamos hablando de ese porcentaje específico, porque no es un porcentaje específico que el Nuevo Testamento indica. Entonces, si hablar de una dádiva de hablar de una ofrenda voluntaria que puede iniciar en un 10%, pero la persona tiene que decidir cuánto quiere dar regular y sistemáticamente.

00:17:02
Fabio Rossi: Y creo que mencionabas algo que a mí me llama la atención de esta conversación. Primero porque claro, la palabra “diezmo” uno lo relaciona con ese 10% que efectivamente era parte de lo que hacía el pueblo de Dios. Pero según uno va estudiando, dicen los comentaristas que habían tres, al menos tres diezmos que daba el pueblo, y al juntarlos porque eran dos regulares y sugieren que había un tercero que se daba cada tres años. Entonces se habla más o menos de un 23.3% que daba a la gente, ya que incluso cuando uno habla en diezmos en las iglesias locales hay el punto de partida es 10%, pero cuando uno lo ve a la luz del Antiguo Testamento es incluso más. Eso es el doble que eso.

00:17:53
Héctor Salcedo: Lo que tú señalas, es vital, porque en ese momento en la ley mosaica ellos no tenían un gobierno, era una teocracia que dirigían los levitas. Entonces había un 10% para los levitas efectivamente que era su gobierno. Los levitas eran quién quiere, manejaban las cosas del templo y también ahí se manejaba toda la parte civil, la justicia, los matrimonios, toda la parte gubernamental dependía de ese diezmo, de ese 10%. O sea que el equivalente hoy serían los impuestos. Por eso que Romanos 13 dice que pagamos los impuestos.

00:18:30
Fabio Rossi: Y eso es algo bien interesante que mencionas también, porque algunos les pueda surgir la duda a la luz de estos datos o esta información, cuando uno estudia el Antiguo Testamento es: que si ya pagamos impuestos, ¿debería yo seguir ofrendando a la Iglesia? Porque eso hacía parte del todo.

00:18:53
Héctor Salcedo: Lo que pasa es que tu dijiste que era tres componentes. Los levitas, que era el equivalente a los impuestos; las fiestas nacionales; y un fondo de contribución a los pobres, que fue el que tú mencionaste que se daba cada vez, cada tres años. Las viudas, los huérfanos, los extranjeros eran beneficiados con ese diezmo que era tri-anual. Entonces, si ahí había una para las fiestas nacionales religiosas, que no era el equivalente a los impuestos, sería como el equivalente a nuestras prácticas religiosas hoy en día, que sería el equivalente hoy en día a nuestro diezmo, por así decirlo, nuestra dádiva a la iglesia. Entonces, si hay lugar para los impuestos, por un lado, hay lugar para la dádiva regular a la iglesia que no vemos en el Nuevo Testamento que sea un diezmo específicamente sin una dádiva regular. Y luego para los pobres, que también sería parte de el gobierno de esa época.

00:19:39
Pepe Mendoza: Podríamos señalar entonces que esta palabra diezmo no la vemos en términos porcentuales, pero sí en términos de regularidad. Pero hay una pregunta que quiero hacerte porque se ha caído en mucho cinismo especialmente en las redes. Cuando un pastor habla, no cierto, cuando dice algo dice o lo único que usted quiere quedarse con el diezmo. Y a veces se piensa, porque no se entiende justamente lo que lo que ustedes, lo que estamos conversando. Esta idea tan clara de lo que es el diezmo. Se tiene una idea superficial y muchas veces equivocada del diezmo. Pero también se tiene una idea equivocada de la administración de los dineros de la iglesia. A veces se piensa, yo creo que existe. Este es un pensamiento general: de que el pastor toma el dinero, no cierto, y se lo llevó a su casa y se queda. Él dice yo me quedo con esto y reparto como yo quiera. ¿Cómo se administra una iglesia? ¿Cómo la iglesia administra sus recursos? Sabemos que hay malos casos y sabemos que esos malos casos abundan y han estado en la prensa y sabemos de pastores que se han enriquecido ilícitamente con los dineros de la Iglesia y eso lo condenamos. Pero también sabemos que hay un orden de administración de los recursos de la Iglesia. ¿Es que acaso los pastores toman el dinero y lo distribuyen como quieren? ¿O cómo funciona la rendición de cuentas de los dineros en la Iglesia?

00:21:01
Héctor Salcedo: Mira eso, es una pregunta vital. Yo creo que el Evangelio, lamentablemente y las iglesias cristianas han sido desacreditadas por el mal uso del dinero o por el uso poco transparente, que no necesariamente ha sido malo, pero ha sido poco transparente. Y cuando tú no eres transparente, la gente piensa cualquier cosa. Entonces, en el Viejo Testamento los levitas no manejaban el dinero solos, había un fondo común y se manejaba de manera conjunta. En el Nuevo Testamento, hago referencia a un versículo específicamente en 2 Corintios 8, donde Pablo habla. Pablo está recogiendo una ofrenda en beneficio de la iglesia de Jerusalén, y el está en Corintios. Él ya ha pasado por Macedonia, está en Corinto y en 2 Corintios 8. Yo me voy a tomar la libertad de leer específicamente un verso que está a partir del versículo 18 (2 Corintios 8). Él está hablando de este manejo, de esta ofrenda. Él está pidiendo una ofrenda para el beneficio de la iglesia de Jerusalén en Corintio, y él dice: “Y junto (2 Corintios 8:18) Y junto con él (hablando de un hermano) hemos enviado al hermano, cuya fama en las cosas del Evangelio se ha divulgado por todas las iglesias. Y no solo esto, sino que también ha sido designado por las iglesias como nuestro compañero de viaje en esta obra de gracia”. ¿Cuál obra de gracia? La recolección de la ofrenda. Dice: “la cual es administrada por nosotros para la gloria del Señor mismo y para manifestar nuestra buena voluntad”. Oye esto: “teniendo cuidado de que nadie nos desacredite en esta generosa ofrenda administrada por nosotros”. O sea, ellos formaron un grupo de personas. Pablo, siendo apóstol, siendo apóstol, llama a varias personas a que lo acompañen en su viaje de recolección y le pide a las iglesias: “Designen un hermano de su confianza para que nos acompañe, para que hagamos esto juntos, de tal manera que el evangelio no sea desacreditado”. Y ahí es que muchos se han equivocado. Muchos entienden que el diezmo, las ofrendas, las dádivas de los feligreses, de los miembros de nuestra iglesia son para el pastor, o que el pastor tiene –por ser pastor– la libertad de manejarlo de manera unilateral o solos. Cuidado, advertencia, alarma ¡No! El pastor debe ser el primer interesado en no ser desacreditado, a menos que él quiera hacerlo mal hecho. Entonces, ¿cuál es el consejo que traemos de este versículo? Hazte acompañar. Si tú quieres manejar el dinero de la iglesia sólo, lo vas a hacer mal y te van a malinterpretar. Hazte acompañar de hermanos que cuenten con la confianza de la congregación, y dile a ellos que cuenten la ofrenda, que la depositen. Ojalá el pastor no tenga que involucrarse en el manejo económico, sino que haya un grupo de hermanos independientes, colegiado, plural, que maneje el tema de las ofrendas. Y por ignorar ese principio de comportamiento ético y transparente, muchos han caído en el descrédito; unos por falta de transparencia, como dije, y otros porque quieren hacerlo mal hecho, lamentablemente. Entonces, yo creo que ese comportamiento de Pablo, tan cuidadoso, Pablo sabe que el corazón humano tiende a malinterpretar cuando de dinero se trata y él no quiere entrar en malas interpretaciones ni en descrédito, entonces él se hace acompañar de otros que lo acompañan y esta obra de recolección.

00:24:30
Fabio Rossi: Y a mí me encanta esa expresión que usa Pablo ahí, esta “obra de gracia” para referirse a esta recolección, porque realmente lo pone desde una perspectiva diferente. Y yo quisiera quizás que habláramos un poquito acerca de eso, porque así como los pastores o el liderazgo de la iglesia debe proteger no solo el nombre de ellos como siervos de Dios, pero el nombre de Dios, porque al final la gente ve a las iglesias –y muchas de las acusaciones comunes que vemos allá afuera de las iglesias– es que se aprovechan de la gente, solo están ahí para sacarle el dinero y a raíz de eso, quizás muchos en verdad viviendo historias de lamentables en iglesias en donde sí han abusado de los congregantes acerca del dinero, quizás se han echado para atrás. Y hoy es bueno también recordar un poquito acerca de esta situación y quizás dar una palabra de aliento a aquellos que han sufrido y que quizás han perdido su fe en la Iglesia y que quizás ya no tienen tanta confianza ni gozo al dar y hablar un poquito acerca de toda esta cultura de “Dale a Dios para que Dios te dé de regreso”. ¿Por qué ofrendamos? ¿O por qué debería yo ofrendar al Señor? Partiendo de esta expresión que usa Pablo, que me encanta, esa “obra de gracia” que es la ofrenda y vale la pena, aunque ya sabemos o podemos asumir que muchos conocen esto, pero es bueno recordar por qué ofrendamos y cómo eso va en contra de este movimiento de “siembra para que el Señor te dé”, “si tú das, el Señor te da” y esa es la motivación por la que muchos dan y en el engaño que muchos caen también.

00:26:11
Héctor Salcedo: Bueno, yo yo entiendo que sí, como tú mencionas, muchos aún se han decepcionado de las iglesias del liderazgo pastoral cristiano producto de malos manejos financieros. Y lo primero que yo les diría, no creas que todo el que hizo lo mal hecho es un genuino servidor de Cristo. No creas que Cristo está detrás de estos vividores y estos engañadores. Eso es lo primero. Lo segundo es que hay incluso verdaderos servidores de Cristo que se han manejado mal lamentablemente, y eso es producto del pecado. Una de las cosas que a mí me ha ayudado en mi vida a lidiar con el pecado del otro es que antes de yo decepcionarme, yo me digo a mí mismo: Bueno, es pecador, que voy a esperar, qué puedo esperar. Entonces, si tú estás en una iglesia en la que tú no confías sobre su manejo financiero, porque no hay transparencia y rendición de cuentas, tú no ves un mecanismo, una estructura de cuidado de la parte económica. Lo primero que yo haría es acércate a algún líder de esa iglesia y exprésale tu inquietud. Exprésale tu parecer de que debería haber más transparencia, más cuidado en el manejo de las finanzas de la Iglesia; un poco más de reporte. En nuestra Iglesia hacemos al menos dos reportes al año, al menos, donde toda la congregación viene y le presentamos las cuentas, decimos cuánto ingresaron, cuánto se gastaron y decimos a la congregación: hay alguna pregunta, alguna inquietud al respecto que quieren, que quieren saber y nos abrimos a las preguntas que haya. Obviamente hay detalles que uno no da, porque si uno va a dar todos los detalles pasaría ocho horas, pero uno presenta las cuentas y trata de ver si hay inquietudes en la congregación. Entonces, si tú estás en una iglesia donde no hay eso, primero acércate. Si el pastor o los líderes tienen una renuencia a ser transparentes o a dar cuentas del manejo del dinero, pregúntate realmente si esa es una iglesia donde debas estar. Una de las condiciones en 1ª de Corintios 3 para el pastorado, es que no seamos amantes de ganancias deshonestas. Cuando un pastor muestra renuencia a ser transparente o a dar cuentas del manejo económico, hay un tema ahí, hay un tema que revisar, hay un tema que ver en esa calificación de ese pastor. Entonces si tienes desconfianza, exprésalo. Si no te satisface, bueno, pues ponte a orar de si realmente Dios quiere que tú permanezcas ahí o no. Ahora, mientras estés ahí y estés recibiendo el alimento espiritual, el cuidado de tu alma bueno, aporta regularmente lo que tú entiendas debes aportar. ¿Por qué? Porque de la misma manera como a los cristianos se nos llama a pagar los impuestos, aunque los funcionarios no hagan un buen uso de ellos, de esa misma manera, si yo estoy en una congregación que me estoy sirviendo de ella de alguna forma, aunque yo no esté del todo tranquilo con el manejo económico, yo debo aportar mientras esté ahí, porque yo estoy sirviéndome de ahí. Y entonces orar a ver si el Señor me quiere mover, pero ese sería mi consejo. Realmente eso pasa. O sea, los que hemos sido decepcionado, lo que han sido decepcionados, tomen ánimo y no crean que eso es así en todos los casos. No generalicemos, es una mala norma de vida generalizar siempre es así con todos los pastores, con todas las iglesias. No, hay iglesias y pastores que son honestos e íntegros y transparentes con el manejo financiero. Y entonces, mientras estés ahí en la iglesia, expresa tu desconfianza o tu inquietud, y si no es satisfecha, pues entonces muévete con el Señor si te ponga y que tú te sientas confiado. Es cierto que el Señor bendice la generosidad, eso es cierto, esto es bíblico. Nosotros no decimos que no. Ahora, cuando yo doy para que Dios me dé, ¿yo estoy siendo generoso? Yo estoy, yo estoy haciendo una transacción, yo no estoy siendo generoso. Entonces es cierto que la generosidad se estimula en la Biblia. Pero si yo la enfatizo como si fuera una transacción, ya yo me he desviado y he utilizado ese pasaje para enseñar algo que no enseña. Lo que el Señor dice en 2 Corintios 8 y 9 es que Dios ama al dador alegre, el que da alegremente, sin esperar. De hecho, en ese contexto se habla de las iglesias de Macedonia que se dieron a ellos mismos primero al Señor, y que dieron más allá de sus posibilidades, y que le dijeron a Pablo: Déjanos aportar, déjanos ser parte de esta bendición de aportar. Pero la realidad, es que ellos no estaban esperando nada para atrás. Entonces, cuando yo estoy en una iglesia que me está diciendo “da para que Dios te dé”, “siembra para que cosechas y Dios te va a dar más”. ¡No, eso no es así! Eso es una una mala utilización del pasaje. Yo me pregunto, si se toma ese pasaje y se malinterpreta, ¿cuántos otros pasajes no se van a malinterpretar también? Entonces no es un lugar donde yo esté bebiendo leche pura, no es un lugar donde me está enseñando la palabra de manera correcta, porque ese pasaje de dar para recibir es un mal uso de las Escrituras para beneficio personal, obviamente. Entonces yo me preguntaría en iglesias como esa, donde lo que me enseñan es dar para que recibas, da para que Dios te devuelva o si das uno, Dios te da diez o pacta con Dios y dale. Eso fue lo que eso fue lo que Jacob hizo y Dios no le aceptó su soborno. No, esa es una mala interpretación. Y me preocupa que entonces así como ese pasaje es malinterpretado, se interpretan muchos otros.

00:31:52
Pepe Mendoza: Y no solamente eso, sino que se debilita lo que consideramos que es una correcta ética bíblica del trabajo. Pero yo quisiera entrar a otro factor también que va acompañado de los dineros de la Iglesia y que tiene que ver con el sostén pastoral, con el hecho de que el obrero es digno de su salario, o no pongas bozal al buey que trilla. A esta frase también ha entrado mucho cinismo. Yo entro al ministerio porque quiero vivir del ministerio. Quiero hacerme rico con el ministerio. Yo por tu testimonio sé que tú has tú pasaste muchos años, no es cierto, como pastor bi-ocupacional en donde no estabas siendo rentado por la iglesia. Pero la pregunta es, ¿es justo que el pastor reciba de los dineros de la Iglesia? ¿En qué momento sucede? ¿Es correcto? ¿Realmente tenemos que mirar con malos ojos el hecho de que una persona quiere formar parte del ministerio a tiempo completo? ¿Cómo lo entendemos?

00:32:55
Héctor Salcedo: Si, es una pregunta que obviamente debemos responder en una conversación como esta, porque hay ideas entre los cristianos evangélicos que que recomiendan o instruyen en una dirección que no es bíblica. Alguna de esas ideas que hacen que se concluyen este sentido, en el tema de la remuneración pastoral del sostenimiento de los siervos de la iglesia, hacen que se concluya incorrectamente. Por un lado, hay algunos que piensan, mucha gente piensa que los siervos de la iglesia, los pastores y otros que trabajan en el ministerio deberían hacer un voto de pobreza. O sea, es como casi un requerimiento. Ellos deberían vivir pobres. ¿Y cuál es la idea que está detrás de eso? La idea es la pobreza, es virtuosa en sí misma. Y la riqueza es un vicio en sí mismo, por aquello de que es más difícil que un rico entre en el reino de los cielos a que un camello pase por el ojo de una aguja. La gente concluye lo que Cristo está diciendo que la riqueza es mala. Pero la riqueza sabemos, bíblicamente, que no es mala, no es pecaminosa en sí misma. El problema es lo que la riqueza muchas veces hace en mi corazón. Me vuelve materialista, me vuelve interesado, me vuelve, me desvía de Dios. Pero no necesariamente eso ocurre en todos los corazones. Yo puedo ser pobre y tener un corazón materialista, y ser rico y no tener un corazón materialista. Entonces el problema es el corazón, no la riqueza, no mi estatus social. Entonces olvidémonos primero que la riqueza es buena y que la pobreza es buena y que la riqueza es mala. Olvidémonos de eso para entonces ver bueno, ¿debe el siervo de la iglesia, el pastor, vivir o no del ministerio? Yo diría bueno, eso depende. ¿Es legítimo que lo haga? Si. ¿Siempre lo debe hacer? No necesariamente. Todo depende del ministerio, de las condiciones, de la comunidad a la que le sirva y demás. Ahora bien, claramente la palabra establece que quien hace una labor regular y sistemática para la Iglesia, para los miembros de una congregación, pudiera ser, pudiera ser remunerado legítimamente por esa congregación. Si hay un trabajo espiritual que se hace en favor de una comunidad, nada en la Biblia impide, de hecho la Biblia estimula, que esa comunidad se haga cargo de ese siervo y de ese pastor. De lo contrario, se estaría casi en falta. Ahora bien, ese pastor puede decir: No, yo no lo necesito, yo no lo quiero. No hay problema. Ok. Pero que la comunidad esté en la disposición de sostenerlo, es un deber cristiano y de la Iglesia hoy en día. Hoy tú mencionaste un pasaje al que Pablo hace referencia de que no pondrás bozal al buey para que pueda arar correctamente. Claro, si un pastor está dedicado a tiempo completo a una obra, y no tiene otra manera de ingreso, ¿cómo va a ser el trabajo? Es como pedirle a alguien que haga lo imposible y eso no se lo podemos pedir a nadie. Nadie puede hacer lo imposible. Yo no puedo dedicarme al ministerio al mismo tiempo, no tener ningún ingreso. ¿De qué voy a vivir? ¿Dios me va a alimentar de maná todos los días? ¡No! Eso no son los términos en los que operamos hoy en día. Entonces, la Iglesia debe olvidarse de que la pobreza es buena, de que la riqueza es mala. Y la Iglesia debe entender también que su siervo debe ser sostenido por él y que si el siervo necesita, necesita ser sostenido, la Iglesia debe estar en la disposición de hacerlo. De hecho, hay un pasaje que lo dejo de referencia en 1ª de Corintios 9, donde Pablo hace una extendida defensa de que los que trabajan para el ministerio pueden vivir del ministerio, del evangelio literalmente. El que trabaja en el ministerio que sea sostenido, que viva del Evangelio. Entonces, no sé si eso responde tu pregunta, pero definitivamente el Evangelio, el ministerio, es un trabajo intenso, es un trabajo tedioso, es un trabajo drenante. Por qué entonces el obrero no es digno de su salario. Porque en este plano de “lo espiritual”, no existe la misma consideración que si yo le pido un trabajo a un albañil, o a un electricista, o a un abogado. ¿Cuál es la diferencia? Hay un esfuerzo físico, mental, hay una inversión de horas de energía en una labor de de edificar las almas. Eso no deja de ser menos digno que un trabajo “secular”. Cuando digo “secular” (entre comillas) es porque nosotros a veces, cuando hablamos de trabajo secular y trabajo ministerial, hacemos esa misma distinción que se hacía antes, como que los que están en el ministerio están sirviendo a Dios y los que están en el plano secular no están sirviendo a Dios. No. Están todos sirviendo a Dios, unos en una vocación y otros en otra vocación. Entonces, absolutamente, yo entiendo que eso debe entrar a nuestra cultura evangélica latinoamericana, o sea, yo quiero que mi pastor tenga sus necesidades cubiertas. Podemos ponernos de acuerdo. En nuestra iglesia se formó una especie de equipo que conjuntamente, ese equipo de cinco personas que no eran pastores, sino miembros de la iglesia, personas con cierta destreza en el manejo financiero, se pusieron de acuerdo en qué era un paquete pastoral económico adecuado para nuestras condiciones del país, para nuestras condiciones económicas. Y eso es lo que se hace en la IBI con los pastores. Se les remunera según lo que determinó ese equipo de personas que no son pastores, sino que pertenecen a la Iglesia, y eso es lo que se les remunera los pastores, entendiendo que el pastor debe estar dedicado al cuidado de las almas y que queremos que ellos lo hagan con dignidad y que lo hagan con tranquilidad, para no poner bozal al buey, que pueda arar con tranquilidad.

00:39:26
Fabio Rossi: Amén, amén. Sí, creo que es una verdad muy necesaria de escuchar y de poner en práctica en nuestros días, porque como dijiste muchas veces, es común esta asociación natural de ministerio con pobreza, cierto. Y es una realidad que en Latinoamérica muchos pastores a raíz de esta cosmovisión o de esta comprensión acerca del dinero en la iglesia, muchos viven en necesidad. Así que creo que esto es, estas verdades del Evangelio nos ayudan a abrir los ojos a realmente lo que el Señor quiere y espera de la iglesia.

00:40:03
Héctor Salcedo: Yo quería mencionar algo, Fabio, porque Pepe mencionó el tema de bi-vocacional y tú lo mencionaste también, creo, en la pregunta. Y yo creo que hay ocasiones en la que un pastor, por razones específicas de la comunidad en la que sirve, debe ser bi-vocacional. De hecho, Pablo así lo decidió en un momento dado de su vida. Pablo recibía ofrendas de la iglesia de Filipos de otras iglesias. Pero sabemos por el libro de los Hechos 20, que Pablo dice que él trabaja con sus manos para no ser estorbo. Pablo tomó esa decisión de servir vocacional; como él se movía por múltiples comunidades que podían tener concepciones distintas y demás. Pero es el mismo Pablo que escribe eso de que no le pongamos el bozal al buey. O sea que Pablo dice es legítimo que una persona lo reciba. Yo decido no hacerlo, no hay problema, pero no tiene que ser así con todos los casos. Entonces habrán ocasiones o situaciones en la que un pastor dice: Mire, esta comunidad es muy escéptica al evangelio o ha sido muy dañada por pastores pasados que han estado aquí, movimientos religiosos que han venido aquí y han robado, y demás. Yo aquí voy a trabajar con mis manos para elevar la credibilidad del ministerio, y entonces no voy a recibir ningún ingreso. O sea que puede haber una decisión espiritualmente estratégica para trabajar en una determinada comunidad y decir no voy a recibir remuneración. Pero eso ya depende de dónde Dios me llame, o a dónde Dios me llame específicamente.

00:41:37
Fabio Rossi: Y la patada voladora es esta pregunta del final que que nos ayuda en una manera también amarrar, pero presentaron un asunto y tiene que ver siempre con el manejo del dinero. Malaquías capítulo 3 nos dice que el pueblo había robado a Dios cuando no presentaron sus diezmos y sus ofrendas. Ya hemos hablado un poquito acerca de diezmos y ofrendas, pero a la luz de este pasaje, la forma en que el profeta lo presenta, ¿podríamos concluir que entonces la ofrenda para el creyente es un acto obligatorio o es algo voluntario?

00:42:19
Héctor Salcedo: Bueno, hablar de ofrenda obligatoria es una contradicción de términos. Pero el diezmo era obligatorio en el Viejo Testamento, era obligatorio. Aunque Dios esperaba que ellos lo dieran voluntariamente. Dios no quería andar atrás del pueblo acusándolo de que se estaban robando los diezmos. Dios quería que el pueblo viniera con una actitud de gratitud y de generosidad a dar no solo los diezmos más allá de los diezmos, como dio la viuda que Cristo está observando. Creo que el libro de Lucas donde Cristo dice: esa viuda dio más que todos porque la dio todo lo que tenía. Ella dio más que el diezmo. Entonces, y Cristo la aplaudió y la elogió. Entonces en este caso de Malaquías 3, que es muy usado hoy en día por pastores como un pasaje acusatorio contra el pueblo judío en ese momento y también contra el pueblo hoy, de que no están dando los diezmos como corresponde, si correspondía a Malaquías señalar eso, porque era verdad que el pueblo no estaba dando los diezmos como la ley establecía. Pero hoy en día, como el Nuevo Testamento no dispone una obligación del diezmo la iglesia, no podemos decir que yo le robo a Dios cuando no le doy el diezmo. Ahora bien, ¿qué yo le diría a un cristiano que no paga sus impuestos? Hoy en día, que decide evadir los impuestos. Según Romanos 13, esa persona está pecando porque dice que no debáis a nadie nada al que honor, honor; al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto. Nosotros debemos pagar los impuestos. Es un deber bíblico, es un mandato del Nuevo Testamento pagar los impuestos al gobierno, porque los gobernantes son puestos por Dios como siervos. Entonces, si yo no pago impuestos, estoy pecando. Si yo no doy diezmo, ¿estoy pecando? Bueno, no en un sentido, porque no hay una intrusión neotestamentaria que me diga diezma. Ahora, si yo no le doy nada a la iglesia, ninguna cantidad de manera regular, yo debería revisar mi corazón. ¿Por qué yo no lo estoy haciendo? ¿Qué es lo que pasa? ¿De qué manera estoy pecando? ¿Estoy siendo materialista? ¿Estoy siendo desconfiado? ¿Es que yo no confío en que Dios me va a proveer y por eso yo no soy capaz de dar? Ese es mi pecado. Entonces, yo no usaría ese texto hoy en día para decirle a un cristiano: Tú estás pecando o estás robando porque me están dando los diezmos. Porque es un pasaje que se circunscribe a la ley de Moisés, no al Nuevo Testamento, donde no hay ningún pasaje que mande a dar el diezmo. Ahora, otra vez digo si un cristiano no da nada en la congregación de la cual se sirve y de la cual se alimenta, entonces ¿cuál es su problema? Hay un problema de corazón que tiene que evaluar y tiene que ir donde el Señor y pedirle perdón por eso.

00:45:00
Pepe Mendoza: Definitivamente, Héctor, nuestro corazón y la condición de nuestro corazón puede ser evaluado también en la forma en que nosotros manejamos el dinero. Y aunque, como tú bien lo dices, no existe, no cierto, tal mandato específico hacia el diezmo. Si la negligencia hacia el sostén de tu iglesia, del ministerio y tus responsabilidades para con la casa, la cual tú habitas y compartes y disfrutas y te sientas y tomas de ella, habla también de la realidad de tu corazón negligente y de tu responsabilidad para con la Iglesia. Déjame decirte que yo quedo muy satisfecho porque yo creo que este era un tema oscuro. Son de esos temas míticos que están en el aire pero nunca se aclaran. Yo creo que hay personas que hablan de esto, pero nunca se les ha dado este punto de claridad con respecto a lo que el diezmo significa bíblicamente, sin tratar de jalarlo ni estirarlo. Pero también de cómo se administran los dineros dentro de la Iglesia y la responsabilidad que tienen los ministros de poder administrarlo de manera transparente y con rendición de cuentas. Y también de lo que significa el sostén pastoral. Estamos muy agradecidos contigo. Sabemos que el Señor te ha levantado. Y también recomendamos tu libro de “Finanzas Bíblicas”, porque yo creo que también ahí está condensado mucho del pensamiento de la responsabilidad que nosotros tenemos con el dinero, porque como tú bien dices, no se trata de lo que el dinero es, sino de mi amor al dinero y lo que puede suceder en nuestro corazón. Así que Chacho, muy agradecidos contigo por este tiempo que hemos pasado juntos y esperamos tenerte en una próxima oportunidad.

00:46:51
Fabio Rossi: Realmente fue una muy, muy buena conversación que tuvimos con el pastor Héctor Salcedo hoy, para poder recordar el Evangelio en un tema tan importante y tan cotidiano como el uso del dinero y el manejo del dinero específicamente en la Iglesia. Gracias por sintonizarnos. Si tú no te has suscrito a nuestro canal de YouTube, te invitamos a que lo hagas ahora mismo y recibas las notificaciones de próximos episodios y demás publicaciones. Te recordamos también, si nos sintonizas desde una plataforma de podcast, síguenos para que recibas las noticias porque cada mes tendremos nuevos temas y nuevos invitados especiales aquí en Textos fuera de Contexto. ¡Hasta la próxima!

<strong>Héctor Salcedo</strong> 

Héctor Salcedo es economista y sirve como pastor ejecutivo de la Iglesia Bautista Internacional en República Dominicana. Tiene una maestría en Estudios Bíblicos del Instituto Bíblico Moody en Chicago. Está casado con Chárbela El Hage, y tienen dos hijos, Elías y Daniel.

<strong>José</strong> <strong>«Pepe» Mendoza</strong>

​José «Pepe» Mendoza sirve como Asesor Editorial en Coalición por el Evangelio. Sirvió como pastor asociado en la Iglesia Bautista Internacional, en República Dominicana, y actualmente vive en Lima, Perú. Es profesor en el Instituto Integridad & Sabiduría, colabora con el programa hispano del Southern Baptist Theological Seminary, y también trabaja como editor de libros y recursos cristianos. Está casado con Erika y tienen una hija, Adriana. Puedes seguirlo en Twitter.

<strong>Fabio Rossi</strong>

Fabio Rossi es miembro de la Iglesia Bautista Internacional en Santo Domingo (República Dominicana) donde sirve junto a su esposa, Carol, y sus dos hijos.

Acerca del Autor

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