BibliasPreguntasTeología

¿Antiguo Testamento significa Obsoleto Testamento?

Por muchos años, los cristianos nos hemos referido a la primera mitad de nuestras biblias como «Antiguo Testamento», asumiendo que siempre ha sido así. Pero ¿qué harías si te digo que no?

La expresión «Antiguo Testamento» fue acuñada por primera vez por Melitón de Sardis, en el siglo II d. C. Es probable que esta expresión se haya usado en un esfuerzo por explicar el concepto cristiano del pacto antiguo y no necesariamente para referirse a su antigüedad.

Sin embargo, a diferencia de los tiempos de Melitón, hoy día a miles de años de distancia, con un Nuevo Testamento bien definido y sin una aparente necesidad de depender del Antiguo Testamento, el término​​ «antiguo» en el título Antiguo Testamento ha tomado un tono confuso que abre la puerta a peligros que no podemos continuar ignorando.

Te invito a considerar algunas desventajas del uso del título «Antiguo» Testamento y cómo tal vez podríamos llamarle hoy.

Desventajas del título “Antiguo” Testamento

Está demostrado que el lenguaje tiene efectos significativos en la psiquis de las personas, al punto de que «la práctica de poner pensamientos en palabras altera la naturaleza de la experiencia humana». Es importante reconocer «el lenguaje público como un poderoso transformador del espacio computacional y experiencial individual».[1]

En otras palabras, lo que decimos, lo que nombramos y nuestras palabras en general tienen un efecto directo en la forma en que experimentamos e interpretamos el mundo, el cual puede ser positivo o negativo. En este sentido, la forma en que nombramos al conjunto de textos de la Torá, los Profetas y los Escritos no es la excepción. Así que estos son algunos efectos no deseables que tiene llamarle antiguo al Antiguo Testamento.

1. Promueve un desbalance en la predicación

El hecho de que por años nos hemos referido a este conjunto de libros como el «Antiguo» o «Viejo» Testamento ha tenido, a mi parecer, un efecto perjudicial en la predicación. Al ser comparado con el «Nuevo» Testamento, nuestra mente asocia lo «antiguo» con algo anticuado. Este efecto puede verse reflejado en los púlpitos domingo tras domingo, ya que una estadística asegura que los sermones en las iglesias de occidente muestran un claro desbalance:

El 70 % de los sermones son predicados sobre las cartas de Pablo.
El 10 % de los sermones son sobre los evangelios.
El 10 % de los sermones son sobre las otras epístolas no paulinas.

Todo el Antiguo Testamento combinado solo suma el 10 % de los sermones, aunque representa el 80 % del canon de nuestras biblias.[2]

2. Hace que se asocie con algo obsoleto

A esto debemos sumarle el efecto perjudicial que suele traer la traducción del griego παλαιᾶς (palêas) en 2 Corintios 3:14 en algunas versiones populares de la Biblia (como la NBLA, NTV o NVI):

Pero el entendimiento de ellos se endureció. Porque hasta el día de hoy, en la lectura del antiguo [παλαιᾶς] pacto, el mismo velo permanece sin alzarse, pues solo en Cristo es quitado (2 Co 3:14 NBLA).

Al traducir aquí «antiguo pacto» (o «Antiguo Testamento» en otras versiones) y estando en medio de un contexto negativo (entendimiento endurecido, velo sin alzarse, etc.), esto pudiera prestarse a que el lector asocie «antiguo» como algo negativo también. Sin embargo, en este caso Pablo no utilizó la palabra παλαιᾶς de forma negativa, ya que más adelante hace un paralelo entre el pacto «παλαιᾶς» y Moisés: «Y hasta el día de hoy, cada vez que se lee a Moisés, un velo está puesto sobre sus corazones» (v. 15, énfasis añadido).

Recuperemos una teología bíblica equilibrada, donde el Nuevo Testamento no sea considerado superior al ‘Antiguo Testamento’

El argumento de Pablo es que Israel no entiende temporalmente la revelación mesiánica contemplada en el pacto en la Torá (v. 16 RV60). Por tanto, debe resaltarse que lo negativo no es el pacto, sino el endurecimiento y el velo. De modo que —desde mi perspectiva— sería mejor traducir παλαιᾶς con un tono más positivo.

De hecho, cuando esta palabra griega era entendida de forma negativa se interpretaba como algo obsoleto o antiguo. Pero cuando se usaba de forma positiva, se refería a algo venerable o tenido en estima. Por esta razón, el erudito Brad Young ofrece una traducción alternativa a​ esta porción del verso: «Hasta el día de hoy, algunos tienen la mente restringida de obedecer el pacto original [παλαιᾶς] cuando se lee…» (énfasis añadido).[3]

Encontramos un caso similar en la traducción de otro verso: «Cuando Dios dijo: “Un nuevo pacto”, hizo anticuado al primero; y lo que se hace anticuado y envejece, está próximo a desaparecer» (Heb 8:13, énfasis añadido). En un tono similar, la Biblia NVI traduce «obsoleto» en lugar de anticuado. Sin embargo, lo que está próximo a desaparecer, según este texto en su contexto, no es la Torá, los Profetas y los Escritos, sino el pacto basado en el sistema sacerdotal y sacrificial (cp. vv. 1-7).[4]

3. Promueve una teología bíblica desequilibrada

Otra desventaja de llamarle «Antiguo» Testamento es la confusión teológica que esto representa. Al momento de estudiar y enseñar la Biblia, muchos le dan más importancia y valor al Nuevo Testamento sobre el Antiguo, como la estadística de sermones sugiere. Por este motivo, muchos creyentes no sienten la necesidad de armonizar la teología neotestamentaria con la veterotestamentaria, creando así distorsiones teológicas, como por ejemplo, la idea de que la iglesia ha reemplazado al pueblo de Israel en el plan redentor de Dios.

"El mensaje del evangelio no empieza en el Nuevo Testamento, con el cumplimiento de la promesa, sino desde las primeras páginas de la Biblia"

Sin embargo, lo ideal sería que recuperemos una teología bíblica equilibrada, donde el Nuevo Testamento no sea considerado superior al llamado «Antiguo» Testamento, sino donde se reconozca que ambos son complementarios, es decir, que uno estaría incompleto sin el otro.

¿Cómo podemos llamar al Antiguo Testamento?

Si pudiéramos viajar al pasado y pedirle a Pablo o Juan, o al mismo Jesús, que nos expliquen alguna enseñanza del «Antiguo» Testamento, estoy seguro de que nos responderían con rostros extrañados: «¿En dónde?». Después de todo, ellos nunca usaron la expresión «Antiguo Testamento».

La forma más común en que los autores del Nuevo Testamento se refieren al Antiguo Testamento es «las Escrituras» (Lc 24:45Hch 17:111 Ti 4:13, etc.). El Señor Jesús, como un típico rabino, durante Su ministerio terrenal le llamó como lo hace la comunidad judía hasta hoy: la Torá, los Profetas y los Escritos (Lc 24:2744).[5] Este título se resumió en el acrónimo TaNaJ, formado por los nombre de las tres divisiones, en la que «Ta» corresponde a Torá, «Na» a Neviim (profetas) y «J» a Ketuvim (Escritos).

Si bien en círculos académicos se refieren al «Antiguo» Testamento como la Biblia hebrea o las Escrituras hebreas, en lo personal simplemente recomiendo llamarle Primer Testamento. Esto es porque la meta es comunicar que todo el consejo de Dios es vital para la vida del cristiano y que el mensaje del evangelio no empieza en el Nuevo Testamento, con el cumplimiento de la promesa, sino desde las primeras páginas de la Biblia, con la caída y depravación total del ser humano (Gn 1 – 3:15a) y con nuestra necesidad urgente de la redención del Señor (Gn 3:15b – Ap 22).

Te invito a seguir reflexionando en este tema mientras profundizas más en toda la Escritura.

1. Andy Clark, “Magic words: How Language Augments Human Computation” en Artificial Intelligence and Cognitive Science, Vol. 4 (New York: Routledge, 2012), p. 34. 
2. Citado por Joseph Shulam, “Simply Paul: Who is He and Who are His Opponents?”. Filmado en abril de 2016, Conferencia académica en Lanier Theological Library Chapel, Houston, TX. Video, 43:13. 
3. Brad H. Young, The Newer Testament (Tulsa, Oklahoma: Hebrew Heritage Bible Society and Gospel Research Foundation, 2020), p. 296. 
4. Sería preferible traducir como sugiere Young (The Newer Testament, p. 382): «Hablando de lo que se renueva, dijo que lo primero se desgasta por la desobediencia. Lo que se debilita por falta de obediencia y envejece por no ser practicado, está a punto de desaparecer de la vista» (Heb 8:13, énfasis añadido). 
5. Aquí Jesús se refiere a la tercera división como los «Salmos» en lugar de los «Escritos», porque se trata del primer libro del rollo de los Escritos que funcionaría​ como referencia a todo el conjunto. 

Josías De La Cruz H. es candidato a PhD en Filología Bíblica y su Aplicación a las Ciencias, en la Universidad Bar-Ilan en Israel. Donde también obtuvo su Maestría en Ciencias Bíblicas y Hebreo Bíblico. Por igual consta con estudios teológicos y ministeriales de Southeastern Baptist Theological Seminary en EEUU y un Grado Universitario en Ingeniero Civil de la Universidad INTEC en República Dominicana. Josías es anfitrión del Podcast en YouTube, Amando Tu TaNaJ, presentado por Philos Latino, y es profesor asociado en el Instituto de Estudios Bíblicos de Israel. Josías vive en Israel junto a su amada esposa Lianny y su hija Hadasa. Puedes seguirlo en TwitterInstagram y Facebook.

Acerca del Autor

0.00 avg. rating (0% score) - 0 votes
Mostrar Más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Back to top button
18405