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Ten cuidado de ti mismo y de la enseñanza

Un encargo antiguo para pastores nuevos

Durante los veinticuatro años que serví en el ministerio pastoral, vi un flujo continuo de anuncios sobre cómo aumentar el tamaño de la iglesia. En casi cincuenta años de predicación y enseñanza, he escuchado docenas de mensajes sobre evangelismo, misiones y crecimiento de la iglesia. Sin embargo, probablemente podría contar con una mano el número de veces que uno de estos anuncios o mensajes mencionó el único versículo de la Biblia que esencialmente dice: «Haz esto, y verás a las personas siendo salvas».

El mensaje de este versículo era tan importante para el apóstol Pablo que cuando se dirige específicamente a los ancianos en el Nuevo Testamento, comunica su esencia. Este es también el único versículo en la Biblia (que yo recuerde) que hace la misma exhortación tres veces.

¿Crees que es importante?

¿Cuál es el versículo? 1 Timoteo 4:16:

Ten cuidado de ti mismo y de la enseñanza. Persevera en estas cosas, porque haciéndolo asegurarás la salvación tanto para ti mismo como para los que te escuchan.

Durante veintiocho años, he recurrido a este texto cada semestre, el último día de clase. En el espacio compacto de dos frases cortas hay tres imperativos y dos promesas. Empezaremos por los imperativos antes de pasar a las promesas.

1. “Ten cuidado de ti mismo”

¿Cómo puede un ministro «tener cuidado» de sí mismo? Cultivando la fidelidad a Cristo y evitando la erosión de su devoción a Él. ¿Cómo lo hace? Obedeciendo un mandato anterior en este capítulo: «Disciplínate a ti mismo para la piedad» (1 Ti 4:7). ¿Cómo hace esto? Practicando consistentemente y de todo corazón las disciplinas espirituales bíblicas, especialmente las disciplinas relacionadas con la Palabra de Dios y la oración, porque estos son los medios de piedad dados por Dios.

La piedad —palabra bíblica esencialmente sinónima de semejanza a Cristosantidad y santificación— se cultiva mediante las disciplinas espirituales personales e interpersonales, tanto positiva (vivificación) como negativamente (mortificación). En otras palabras, estos hábitos bíblicos son los medios a través de los cuales el Espíritu Santo obra para ayudarnos a experimentar a Dios y crecer en gracia, así como para vencer el pecado.

Recuerda que este mandamiento fue dado primero a un ministro (Timoteo) y luego por extensión a todos los cristianos. Por lo tanto, no pienses, pastor, que mientras tu gente se volverá más piadosa practicando las disciplinas espirituales,  te volverás más semejante a Cristo simplemente por estar en el ministerio. Las tentaciones y presiones del ministerio conspirarán para hacerte más impío si no te disciplinas para la piedad. Remueve mentalmente todo lo que en tu vida esté relacionado con el ministerio. Con lo que queda, ¿podría decirse que estás creciendo más como Cristo?

"A menos que un pastor, nuevo o antiguo, se dedique a los medios escriturales para la piedad, dejará de ser un hombre piadoso"

Te recomiendo encarecidamente que leas el estudio que Richard Baxter hace de 1 Timoteo 4:16, especialmente sus ocho razones por las que debes tener cuidado de ti mismo, en su clásico pastoral, The Reformed Pastor [El pastor reformado]. Observa especialmente su tercera razón: estás expuesto a mayores tentaciones que los demás. Satanás no es tonto. Sabe que si puede hacerte caer, tendrá un efecto más dañino en la iglesia que si hace caer al hombre que va una vez al mes y se sienta en la última fila.

A menos que un pastor, nuevo o antiguo, se dedique a los medios escriturales para la piedad, dejará de ser un hombre piadoso. ¿Qué iglesia saludable quiere un pastor que no sea piadoso?

2. “Ten cuidado de la enseñanza”.

En este imperativo pastoral, «la enseñanza» se refiere a la doctrina, a «la enseñanza» que se encuentra en «todo el propósito de Dios» (Hch 20:27). Dicho de otro modo: «¡Pastor, estudia teología!».

Incluso hasta el final de su vida, Pablo fue un ejemplo de estudio diligente. A pesar de su profundo conocimiento de las Escrituras y de todo lo que había visto y experimentado como apóstol, suplicó a Timoteo en el capítulo final de su última carta inspirada: «Cuando vengas, trae… los libros, especialmente los pergaminos» (2 Ti 4:13). Si hubiera una persona que no necesitara estudiar más teología, ¿no crees que sería Pablo? Si hubiera un momento en el que no necesitara tener cuidado de su enseñanza, ¿no crees que sería justo antes de morir? Pero él sabía que mientras su mente estuviera trabajando, no había nada mejor para poner en ella que la verdad de la Palabra de Dios.

Durante décadas he observado que pocos ministros persisten en el estudio de la teología. Muchos dejan de leer libros, escuchar podcasts o asistir a conferencias diseñadas para agudizar su pensamiento teológico y profundizar su comprensión doctrinal. ¿Qué ha resultado de esto? Las palabras de David Wells en su libro de 1994 No Place for Truth [Sin lugar para la verdad] son hoy aún más ciertas: «Ahora tenemos menos fidelidad bíblica, menos interés por la verdad, menos seriedad, menos profundidad y menos capacidad para hablar de la Palabra de Dios a nuestra propia generación de un modo que ofrezca una alternativa a lo que ya piensa» (p. 12). En tiempos mucho más complejos que hace treinta años, la iglesia y sus líderes necesitan más teología, no menos.

Las iglesias no se elevan en piedad y madurez bíblica por encima del nivel de piedad y teología de su pastor.

3. “Persevera en estas cosas”

En otras palabras, «persevera en tener cuidado de ti mismo y de la enseñanza». Pastor, persevera hasta el final de tus días en mantener un estrecho cuidado tanto de tu piedad como de tu teología. Nunca alcanzarás un nivel de madurez o un momento en tu vida en el que ya no necesites esta vigilancia.

Una vez más, cuando Pablo escribe o habla específicamente a los ministros, básicamente repite lo que dice aquí a Timoteo. A los ancianos de la iglesia de Éfeso les dice: «Tengan cuidado de sí mismos y de toda la congregación» (Hch 20:28). Cuando dice «y de toda la congregación», sabemos que Pablo les está instando a «tener cuidado… de la enseñanza», porque en los versículos siguientes advierte a los ancianos de que pronto vendrán falsos maestros que «no perdonarán al rebaño», hombres que «arrastrarán a los discípulos tras ellos» (vv. 29-30).

"Nunca alcanzarás un nivel de madurez o un momento en tu vida en el que ya no necesites vigilancia"

A Tito, el otro destinatario de una epístola pastoral, Pablo le reitera: «Muéstrate en todo como ejemplo de buenas obras [esto es, piedad], con pureza de doctrina, con dignidad, con palabra sana e irreprochable, a fin de que el adversario se avergüence» (Ti 2:7-8). Su principal preocupación para los pastores sigue siendo la misma: «tú mismo y la enseñanza». Vida y doctrina. Corazón y cabeza. Fuego y luz. Espíritu y verdad. Piedad y teología.

La mayoría de nosotros tendemos a inclinarnos hacia una u otra opción, hacia la piedad hacia la teología. ¿Cuál es tu tendencia? Tenlo muy presente, y procura «cuidar» que tu búsqueda de una no permita que la otra se marchite.

Y cuidado con la tentación de creer que, tras adquirir suficiente experiencia ministerial, ya no será necesaria la vigilancia. Llevo en el ministerio casi medio siglo y necesito persistir en esta vigilancia ahora tanto como siempre.

Las promesas de Dios a los pastores

Primero, «asegurarás la salvación… para ti mismo». Es seguro asumir que Pablo creía que Timoteo era salvo, así que es probable que el apóstol le esté recordando a Timoteo que un pastor verdaderamente cristiano debe «tener cuidado de sí mismo y de la enseñanza» si espera tener la seguridad de su salvación final. Pero al buscar esa seguridad, pastor, recuerda que ni una vida devocional consistente ni una teología ortodoxa te salvarán. Los fariseos eran muy buenos en ambas cosas. Ni siquiera una vida de servicio fiel en el ministerio pastoral te salvarán. Incluso los pastores son salvados por la obra de Cristo solamente.

Al igual que cualquier otro cristiano, los pastores también necesitan prestar atención al mandamiento de 2 Corintios 13:5: «Pónganse a prueba para ver si están en la fe. Examínense a sí mismos» También, como cualquier otro cristiano, todo pastor que pasa toda su vida buscando sinceramente a Cristo a través de las disciplinas bíblicas y la verdad de Dios en las Escrituras muestra indicios sólidos de que es salvo.

En segundo lugar, «asegurarás la salvación… para los que te escuchan». Junto con el aspecto de la salvación impulsada por el Espíritu, esta promesa es también muy razonable. Por ejemplo, ¿quién es más probable que haga convertidos a la forma de vida y las enseñanzas de Gandhi? Por supuesto, será alguien que viva como Gandhi y enseñe lo que Gandhi enseñó. Del mismo modo, ¿quién tiene más probabilidades de ver a las personas convertirse en discípulos de Jesús que un hombre que vive como Jesús y enseña lo que Jesús enseñó?

Notemos que él no promete que verás a tantos salvos como quieras, ni siquiera que siempre sabrás cuando las personas son salvas, pero sí dice que tu ministerio resultará en verdaderas conversiones. Prefiero ver diez personas verdaderamente convertidas que cien que dicen serlo pero no lo son. ¿No lo preferirías tú?

Tu primer llamado

Los «métodos» de 1 Timoteo 4:16 eran el núcleo de las estrategias evangelísticas, misioneras y de crecimiento de la iglesia de Pablo. Ser un hombre piadoso, vivir y comportarse como Jesús, es esencial para llevar a las personas a Jesús. Conocer y proclamar las doctrinas de Cristo y la salvación —es decir, el evangelio— es el medio por el cual Dios salva a las personas (Ro 1:16).

En este versículo promete que si persistes en hacer estas cosas, verás a las personas venir a Cristo.

Pastor, estás llamado ante todo a ser un hombre de Dios. Por lo tanto, «Ten cuidado de ti mismo y de la enseñanza. Persevera en estas cosas».

Publicado originalmente en Desiring GodTraducido por Eduardo Fergusson.

Donald S. Whitney es profesor de espiritualidad bíblica y decano asociado en el Seminario Teológico Bautista del Sur. Sirvió en el ministerio pastoral durante veinticuatro años. Ha sido autor de seis libros, incluyendo Disciplinas espirituales para la vida cristiana, y es un conferencista que se enfoca en temas de espiritualidad personal y congregacional. Puedes seguirlo en Twitter.

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