Ministerio de Jóvenes

No dejes que el ministerio juvenil sea una subcultura en tu iglesia

Todos los ministerios en la iglesia local tienen el potencial de aislarse tanto del resto de su iglesia que pueden convertirse en una burbuja. Sin embargo, esto suele ser más frecuente en los ministerios juveniles, a tal punto que las reuniones para adolescentes y jóvenes pueden llegar a ser tan diferentes que parecen «una iglesia dentro de otra».

La mayoría de las veces, esto sucede sin que los líderes juveniles se den cuenta. Es por eso que, en mi experiencia, encontré bastante útil hacer evaluaciones regulares sobre el rumbo del ministerio, tanto a través de la reflexión personal, como extendiendo esta preocupación al equipo de líderes.

Con este objetivo en mente, propongo dos formas sencillas para que un líder de jóvenes pueda evaluar si el ministerio juvenil se está convirtiendo en una subcultura dentro de la iglesia y que, al mismo tiempo, nos ayudan a pensar en pasos prácticos para revertir esta situación. Lo he resumido en esta frase: Trae la iglesia local al ministerio juvenil y lleva el ministerio juvenil a la iglesia local.

1. Trae la iglesia al ministerio juvenil

Para comenzar, puedes reflexionar en cuánto de la cultura de la iglesia local permea al ministerio juvenil. En especial, evalúa qué mensaje o qué imagen estás transmitiendo sobre la iglesia local a los jóvenes.

Muchas veces estamos transmitiendo una idea negativa de nuestra iglesia o de su liderazgo, incluso sin darnos cuenta. Por ejemplo, es fácil caer en (y transmitir) la mentira de que el ministerio juvenil es una especie de vanguardia de los cambios y un disparador de las supuestas mejoras que el resto de la iglesia necesita. Sin ser del todo conscientes, podemos estar incubando la idea de que los jóvenes tienen la «misión» de transformar a la iglesia cuando parece estar pasada de moda o luce aburrida, para hacerla más llamativa o relevante.

El plan y la voluntad de Dios es que todos los miembros de la iglesia nos necesitamos para crecer y madurar

 

Debemos tener mucho cuidado de no transmitir, aun sin querer, una imagen negativa de nuestra iglesia local o su liderazgo. Si tenemos nuestras reservas u opiniones sobre algún aspecto de la congregación (y puede que tengamos nuestras razones), debemos ser sabios en no caer en la murmuración y resolver las cuestiones con quienes correspondan.

Otras veces no hacemos daño con nuestras palabras, sino con nuestros silencios. Es igualmente dañino para la unidad del cuerpo local cuando la iglesia está ausente en el ministerio juvenil. Esto alimenta el aislamiento que buscamos contrarrestar.

La Biblia enseña que Dios nos ha redimido para formar un solo cuerpo bajo una cabeza, que es Cristo. Todos los creyentes estamos unidos unos a otros, sin importar las diferencias de edad, de gusto musical o de maneras de vestir. El plan y la voluntad de Dios es que nos necesitamos entre todos para crecer y madurar (1 Co 12:12-26). Además, los líderes juveniles debemos comprender que serán los pastores de la iglesia local quienes den cuenta a Dios por las vidas de los jóvenes de la iglesia e incluso por la nuestra. Por eso debemos aprender a servir con gozo, bajo la guía y el consejo de nuestros ancianos (He 13:17).

Te animo a que «traigas» tu iglesia local al ministerio juvenil, tanto como puedas. Empieza por reflexionar sobre esto en oración y pide sabiduría a Dios para tomar pasos prácticos que ayuden a traer la iglesia al ministerio. Por ejemplo, puedes invitar a personas adultas o mayores a enseñar sobre temas adecuados para la edad con la que trabajas: redes sociales, finanzas, familia, inserción laboral, entre otros temas. También puedes invitar a los pastores a compartir en una reunión de jóvenes, ya sea para predicar o simplemente para visitar y conocer.

También piensa en la agenda de actividades del ministerio a la luz de la agenda de toda la iglesia. En este sentido, te servirá mucho tener una comunicación regular con tus pastores, para que ellos puedan transmitir sus evaluaciones y puedas pensar en la dirección del ministerio juvenil en concordancia al resto de la iglesia local.

2. Lleva el ministerio juvenil a la iglesia

No solo debes hacer presente la iglesia en el ministerio juvenil, sino que también puedes evaluar si estás incentivando a los jóvenes a integrarse en su comunidad local.

Es posible que los jóvenes no se integren a la iglesia local porque se consideran como consumidores y no como miembros activos de un cuerpo. Me refiero a que muchas veces están demasiado cómodos yendo a un espacio de diversión con otros jóvenes de su edad, disfrutando de la música, la comida y los juegos, al punto de que ven la reunión juvenil como la oportunidad de pasar un buen rato y nada más, y no como el tiempo para equiparse para la obra del ministerio (Ef 4:12).

Aquí también busca la sabiduría de Dios en oración y reflexiona de qué maneras puedes incentivar a los jóvenes a vencer el aislamiento, servir a otros en amor y funcionar adecuadamente como miembros del cuerpo de Cristo.

Esto puede lograrse, por ejemplo, pensando en actividades en las que los jóvenes puedan coincidir con personas de otras edades en su iglesia. Si tu iglesia local tiene grupos pequeños de crecimiento durante la semana, puedes animar a los jóvenes a participar en estos grupos junto a toda la iglesia. De esta manera pueden compartir, conocer y forjar vínculos de confianza con personas maduras y que se encuentran en otra etapa de la vida. Los jóvenes necesitan no solo aprender de los mayores, sino que también deben ser de ánimo para los demás a través de su ejemplo de vida piadosa (1 Ti 4:12).

La unidad de la iglesia resalta la gracia y sabiduría del Dios que entregó a Su Hijo en rescate por un pueblo que anuncia Sus virtudes

 

También puedes animar a los jóvenes a buscar mentoría, consejería y discipulado con personas mayores que no sean del liderazgo juvenil.

Aunque estos espacios son sumamente útiles para promover una buena integración, considero que el servicio es un buen promotor de la unidad. Servir en los ministerios de la iglesia puede ser una gran oportunidad para crear y fortalecer los vínculos interpersonales. Anima a los jóvenes y adolescentes más firmes a sumarse a los ministerios donde pueden ser más bendecidos y de bendición.

Exaltando a Dios

Estas ideas prácticas son ejemplos de cómo puedes ayudar a los jóvenes a entender el valor de la iglesia local y a participar de su vida y sus ministerios. Sin embargo, tendrás que enfocarte en tu iglesia local y en las características específicas de tu grupo juvenil para pensar en las mejores aplicaciones. Solo ten en mente esta sencilla fórmula que te invito a considerar: Traer la iglesia local al ministerio juvenil y llevar el ministerio juvenil a la iglesia local.

Vencer el aislamiento será de gran beneficio para los jóvenes y para todo el resto de la iglesia, pero sobre todo, dará mucha gloria al Señor. La unidad de la iglesia resalta la gracia y la infinita sabiduría del Dios que entregó a Su Hijo en rescate por un pueblo que ahora anuncia Sus virtudes a todo el mundo (Ef 3:10-11).


Matías Peletay sirve como editor en Coalición por el Evangelio. Vive en Cachi (Salta, Argentina) con su esposa Ivana y su hija Abigail, y juntos sirven como misioneros de la Iglesia Bíblica Bautista Crecer. Puedes escucharlo en el podcast Bosquejos y seguirlo en Twitter.

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