Desde Génesis hasta Apocalipsis, las Escrituras revelan el carácter del Dios Santo y presentan la redención del pecador por medio de Cristo Jesús.
Sobre esto habla el libro El Rey y Su reino: Dos testamentos, una sola historia (Editorial Bautista Independiente, 2022), por Josué Ortiz. Te comparto veinte frases que me resultaron llamativas de este recurso:
La teología bíblica es aquella que propone la centralidad del reino en Jesús como el tema primordial de las Escrituras (p. 3).
Las Escrituras enseñan claramente que Dios es Rey y que nosotros —los creyentes— somos miembros de Su reino (p. 4).
La Biblia es la historia sobre la caída del ser humano, la redención por medio del Salvador y la próxima e inminente restauración plena del reino de Dios (p. 11).
Podemos gozarnos no solo por lo que Dios «nos ha dicho» sobre Su existencia y Su rescate, sino también porque «nos lo ha mostrado» visiblemente en Cristo el Rey (p. 21).
La Biblia es compleja, pero organizada en un propósito unificador; presenta al Dios que rescata por medio de Cristo para establecer Su reino en la tierra (p. 23).
Los ciudadanos del reino, descansamos en la promesa de que la consumación del rescate no demorará ni un minuto más de lo que el Soberano Rey lo tiene planeado (p. 28).
La Biblia comienza y concluye con la descripción vívida de una creación donde Dios es el Rey (p. 29).
Un conocimiento superficial de quién es Dios y de las implicaciones de Su reino siempre resultará en una vida cristiana superficial (p. 33).
La Biblia es la revelación de quién es el Dios Redentor y el relato de cómo esa redención se consigue en Cristo el Rey (p. 42).
Génesis no solo presenta a Dios como Creador, sino también presenta la primera escena que describe a Dios como el Rey que gobierna sobre Su reino (p. 48).
Dios quiere establecer Su reino de tal forma que llene la tierra, que ilumine la obscuridad y que dé testimonio de la magnífica gloria de Dios en cada rincón del planeta (p. 55).
Nosotros también rogamos ¡venga tu reino! porque comprendemos que Dios quiere llenar la tierra de su preciosa creación —de su reino eterno (p. 56).
El ser la imagen y semejanza de Dios no es un aditamento beneficioso a nuestra conducta, sino que debe ser la esencia total de los ciudadanos del reino de Dios (p. 65).
La obediencia que viene de creer en el evangelio de Dios es, y siempre ha sido, la característica más importante de los ciudadanos del reino (p. 73).
En Adán perdimos el huerto del Edén, pero en Cristo ganamos la ciudad celestial, al reino eterno (p. 82).
No vivas en un mundo donde tú eres el centro de atención. Vive en el evangelio, vive en sus promesas y vive en su fidelidad (p. 165).
No solo proclames que puedes ir al cielo cuando mueras; el evangelio es mucho más que eso. El evangelio es la historia completa de la creación y nueva creación de Dios en el Rey Jesús (p. 166).
El verdadero cristianismo no es un despliegue de moralidad externa, sino la manifestación de una vida transformada y redimida que exuda santidad interna (p. 169).
Todas las personas morales pueden obedecer órdenes, pero solo los verdaderos ciudadanos del reino pueden amar a Dios (p. 179).
Me temo que hemos hecho una reducción innecesaria y trágica del evangelio que puede ser vista como una manipulación del mensaje de Cristo el Rey (p. 186).
Si te interesa conocer más de este recurso, puedes leer el fragmento Vive en la tierra como un ciudadano del reino o la reseña Profundiza en la teología del reino de Dios.
Argenis De Oleo M. Es el encargado de la logística y el mantenimiento de flota en una agroindustria. Sirve al Señor en la Primera Iglesia Bautista Dominicana y en el Seminario Bautista Internacional. Vive con su esposa Virginia en República Dominicana.
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