BibliasTeología

Crítica textual: ¿Amiga o enemiga de los cristianos?

Si has leído sobre cómo la Biblia llegó a nosotros, seguro has leído en algún momento las palabras “crítica textual”. ¿Qué deberíamos saber al respecto?

La crítica textual es una disciplina que se aplica a cualquier texto cuyo original se ha perdido. Trata de estudiar las copias existentes del texto en cuestión para averiguar cuál hubiera sido su lectura original.

La necesidad de la crítica textual

La crítica textual de la Biblia resulta necesaria por dos motivos. El primero es que, por la providencia de Dios, no se conservó ni uno de los originales de los libros bíblicos, y lo que tenemos son muchas copias. El segundo motivo es que no hay dos de estas copias que sean iguales.

Entre las copias existen diferencias que se llaman variantes, y esto no debe sorprendernos. La Biblia fue copiada a mano durante dieciséis siglos, hasta la llegada de la imprenta (por eso a las copias de los originales se llaman manuscritos). Además, Dios nunca prometió la inspiración de las copias de su Palabra.

Puedes probar esta realidad tú mismo: si copias a mano algún libro bíblico, tu copia no corresponderá en su totalidad con el original. Solo los originales eran inspirados e inerrantes. Las copias contienen variantes y por eso necesitamos la crítica textual para reconstruir lo mejor posible el texto original.

La cantidad y calidad de las variantes

Dicho esto, surge la pregunta: ¿cuántas variantes hay en los manuscritos bíblicos? Lo cierto es que hay muchas. Los expertos estiman que, entre los más de 5800 manuscritos griegos del Nuevo Testamento, puede haber unas 500 000 variantes.[1]

No obstante, antes de perder la confianza en nuestras Biblias, consideremos la naturaleza de estas variantes. La gran mayoría de ellas son insignificantes, ya que son diferencias ortográficas que no se reflejan en las traducciones modernas.

"La presencia de variantes en los manuscritos no debe hacer tambalear nuestra confianza en la Biblia"

Por ejemplo, Juan se escribe en griego con una “n” o con dos sin dejar de ser el mismo nombre. También hay variantes erróneas fáciles de identificar que no se reflejan en el original. Un ejemplo de esto lo vemos en 1 Tesalonicenses 2:7. Hay manuscritos que dicen que Pablo y sus compañeros fueron “tiernos” entre los tesalonicenses, otros como “niños”, y otro como “caballos” entre ellos. Esto se da porque la diferencia entre las tres palabras griegas es de una sola letra. Mientras las primeras dos son posibles, la tercera variante no es viable porque claramente se trata de un error no intencional.

Solo un porcentaje muy reducido de las variantes podría influir en nuestro entendimiento del texto bíblico. Daniel Wallace, experto en la crítica textual, estima que menos de 0.15% de las variantes realmente se han de tener en cuenta en la traducción o interpretación.[2]

Además, en ningún caso las variantes ponen en peligro ninguna doctrina de la fe cristiana. Considera, por ejemplo, las variantes en 1 Juan 5:7-8. Lo más seguro es que la mención que se encuentra en algunas versiones de los tres miembros de la Trinidad no es original. Pero, aún sin estas palabras, aún nos quedan muchas más pruebas de la trinidad en la Biblia.

Lo mismo se puede decir de todas las demás variantes, que en ningún caso ponen en peligro ninguna doctrina de la fe. En resumen, la presencia de variantes en los manuscritos no debe hacer tambalear nuestra confianza en la Biblia.

"La crítica textual tiene mucho valor para el creyente. Nos ayuda a obtener conclusiones exegéticas mejor fundamentadas"

Posibles métodos

Necesitamos, entonces, criterios para diferenciar entre las variantes que hay en los manuscritos. ¿Cómo decidimos cuales son las lecturas que más probablemente reflejan el manuscrito original?

1) El método del texto mayoritario favorece la lectura que aparece en más manuscritos, al estilo democrático: donde hay variantes, la lectura que aparece en más manuscritos gana. A primera vista, parece muy lógico. Sin embargo, pocos eruditos evangélicos abogan por este criterio. El problema con este acercamiento es que la gran mayoría de los manuscritos son tardíos, fechados a partir del siglo IX. Esto significa que, en el recuento, los manuscritos más antiguos y posiblemente mejores no tienen representación proporcional.

2) El método del eclecticismo razonado, considera no solo la cantidad sino también la edad y calidad general de los manuscritos que la apoyan. También toma en cuenta lo que sabemos de las prácticas de los copistas y el estilo de los autores bíblicos. Este es el método que emplea la mayoría de los eruditos evangélicos, debido al equilibrio que resulta de aplicar diferentes criterios a la hora de valorar variantes. Veamos un ejemplo de cómo funciona y de su utilidad.

Un ejemplo práctico

Leamos una porción de Mateo 11:19 en la Reina Valera y la Biblia de las Américas:

“Pero la sabiduría es justificada por sus hijos” (RV60).

“Pero la sabiduría se justifica por sus hechos” (LBLA).

La diferencia entre estas dos versiones se debe a una variante: algunos manuscritos griegos dicen “hijos” (teknon) y otros dicen “hechos” (ergon). El erudito Bruce Metzger dice que la evidencia apoya la palabra “hechos”, porque la tendencia de los copistas era armonizar lecturas.[3] En este caso, es más probable que un copista cambiara “hechos” por “hijos” para armonizar este texto con Lucas 7:35 (texto paralelo a Mateo 11:19 que dice “hijos”).

¿Qué importa esto? Tal vez no mucho para entender Mateo 11, porque de las dos formas el significado del dicho de Jesús se entiende bien. No obstante, si la lectura correcta es “hechos” (ergon), nos sugiere un posible paralelo con Santiago 2:21, donde el autor afirma que Abraham “fue justificado por sus obras (ergon)”.

Este paralelo resultaría revelador en la interpretación de Santiago, porque significaría que Abraham no fue justificado al ser declarado justo por su obediencia (cp. Ro. 4:5), sino que sus obras le justificaron al demostrar su justicia, igual que las obras de la sabiduría demuestran su autenticidad. ¡Fíjate como este detalle en las variantes ayuda a entender mejor la relación entre lo que escribieron Pablo y Santiago!

La crítica textual es amiga del creyente

La crítica textual tiene mucho valor para el creyente. Nos ayuda a obtener conclusiones exegéticas mejor fundamentadas, como ya vimos. Pero más importante, nos ayuda a confiar en las presentaciones modernas de la Biblia que tenemos disponibles.

Las copias tienen variantes, pero gracias a la crítica textual sabemos donde están (las más significativas se alistan en las notas a pie en muchas versiones). Sabemos cuáles de ellas son significativas y relevantes (que son pocas) y, gracias a la labor de especialistas en crítica textual, si aplicamos cuidadosamente una serie de criterios bien pensados tenemos el texto bíblico establecido con un gran nivel de seguridad.

¡Podemos confiar más en que tenemos la Palabra que Dios reveló! Agradezcamos al Señor por eso.

[1] Peter J. Gurry, “The Number of Variants in the Greek New Testament: A Proposed Estimate,” NTS 62.1 (2016): 97-121.
[2] Wallace hace afirmaciones en esta linea en muchos sitios. Ver, por ejemplo, Daniel Wallace, “Spring Cooley Lecture, Part 1,” Gordon Conwell Theological Seminary, Feb 8, 2016, https://www.youtube.com/watch?v=YZYlYBS77fg
[3] Bruce Metzger, Un comentario textural al Nuevo Testamento griego, Stuttgart: German Bible Society, 2006.

Matthew Leighton (MDiv, ThD) es profesor y decano de estudiantes en la Facultad de Teología Internacional IBSTE, cerca de Barcelona. También es anciano en la Església Evangèlica de Vilassar de Mar. Él y su esposa, Núria, tienen cinco hijos.

Acerca del Autor

0.00 avg. rating (0% score) - 0 votes
Mostrar Más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Back to top button
18405