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6 formas de prepararte para el ministerio cristiano

En un artículo previo compartí sobre la necesidad y el mandato de que todos los creyentes se preparen para el ministerio. Allí desarrollé cuatro razones importantes:

* Porque es una orden de Cristo.
* Porque corresponde a nuestro sacerdocio y llamado.
* Porque nos ayuda a ser como Cristo.
* Porque edifica al cuerpo de Cristo.

Sin embargo, a la luz de estas razones, la pregunta que surge es: ¿Cómo podemos prepararnos para el ministerio, tanto para el servicio dentro como fuera de la iglesia local?

Dentro y fuera de la iglesia

Antes de ofrecer una respuesta, quiero explicar de forma breve a qué me refiero con el ministerio tanto adentro como afuera de la iglesia.

En cuanto al ministerio fuera de la iglesia, el apóstol Pedro escribe que debemos estar «siempre preparados para presentar defensa ante todo el que les demande razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero [debemos hacerlo] con mansedumbre y reverencia» (1 P 3:15).

Pedro tiene en mente que, para poder cumplir nuestro propósito como pueblo escogido de Dios (cp. 1 P 2:9), necesitamos tanto adquirir conocimientos como desarrollar un carácter piadoso. De esa manera, podremos ser mensajeros dignos y capacitados del evangelio y embajadores del reino de los cielos ante las personas que nos rodean y no abrazan nuestra fe.

En cuanto al ministerio dentro de la iglesia local, es importante recordar que somos el cuerpo de Cristo. El apóstol Pablo, escribiendo a la iglesia en Roma, les recuerda que «así como en un cuerpo tenemos muchos miembros», también los cristianos «somos un cuerpo en Cristo e individualmente miembros los unos de los otros» (Ro 12:4-5).

Esto significa que cada miembro del cuerpo de Cristo (y no solo los pastores) tiene un rol y una función en particular dentro de la iglesia para servir en la edificación de sus hermanos (cp. Ef 4:11-13).

¿Cómo prepararnos para el ministerio?

Ahora que queda claro que con «ministerio» me refiero al servicio que se realiza tanto dentro como fuera de la iglesia, quisiera ofrecer seis maneras en las que todo creyente puede prepararse para dicha labor.

1. Las disciplinas espirituales

En palabras del rey Salomón: «El temor del SEÑOR es el principio de la sabiduría» (Pr 1:7). En este texto, «temor» no significa tener miedo, sino que se refiere al sentido de reverencia genuina ante Dios. Así que si quieres ser un cristiano bien equipado, empieza por conocer, amar y reverenciar a Dios.

"Para cumplir nuestro propósito como pueblo de Dios, necesitamos tanto adquirir conocimientos como desarrollar un carácter piadoso"

Acércate al Señor habitualmente a través de las disciplinas espirituales, para que día a día seas formado a la imagen y semejanza de Cristo. Disciplinas como la lectura de la Biblia, la oración, el ayuno y la generosidad fortalecen nuestra intimidad con Dios y forman el carácter.

La salud de tu relación con Dios tendrá un gran impacto en tu ministerio, tanto al compartir el evangelio con personas no creyentes como a la hora de servir en el contexto de la iglesia local.

2. El consejo de creyentes maduros

Busca el consejo de un hermano piadoso de tu mismo sexo. Necesitamos la ayuda de cristianos con madurez espiritual y con más experiencia de vida para que nos ayuden a crecer.

Como escribió el rey Salomón: «El hierro con hierro se afila, / Y un hombre aguza a otro» (Pr 27:17).

3. El discipulado

Busca ser ejemplo y guía a otros creyentes que tengan menos experiencia en la vida cristiana, pues todos los creyentes estamos llamados a hacer discípulos. Considero que el mejor lugar para comenzar es por la familia, siendo de ejemplo para tus hijos y de apoyo para tu cónyuge, o para tus hermanos o padres si estás soltero.

En el contexto de tu iglesia local, busca ser un creyente cuyo modelo de vida es digno de imitar por su piedad, calidad de vida cristiana y servicio a Cristo. Como Pablo escribió: «Sean, pues, imitadores de Dios como hijos amados; y anden en amor, así como también Cristo les amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma» (Ef 5:1-2).

4. El servicio en la iglesia

No hay mejor escuela ministerial que el servicio voluntario en la iglesia local. Esto te permitirá aprender el ministerio en un ambiente de compañerismo y sin temor a equivocarte. Además, el compañerismo en el servicio formará un mejor carácter en ti. La iglesia local te ayuda a ser un siervo útil en las manos del Señor, mientras descubres tus dones espirituales, desarrollas tus habilidades interpersonales y haces amigos que pueden ser futuros compañeros de ministerio.

Por eso, te invito a servir en todas las áreas ministeriales que tenga tu iglesia local, en la medida que te sea posible. Si ves que desarrollas afinidad hacia un ministerio y el Señor va confirmando tu lugar allí por medio del consejo de otros creyentes maduros, continúa sirviendo en la medida de lo posible, y si no, busca servir en otro. Pero te recomiendo que te comprometas, como mínimo, a servir por unos cuantos meses antes de considerar servir en otra área.

5. El evangelismo

Si quieres crecer en el ministerio cristiano, comparte el evangelio con otras personas. Puedes empezar hablando con tus familiares sobre las maravillas de la salvación en Cristo. A medida que compartes con tu círculo cercano, puedes seguir con las personas que Dios ponga en tu camino. No necesitas ser un «evangelista profesional» para cumplir con el mandato de Dios.

Toma por ejemplo a la mujer samaritana, que no tenía ningún tipo de educación ministerial, y sin embargo, el Señor Jesús la utilizó poderosamente para alcanzar a muchas personas (Jn 4:28-29).

6. Las preparaciones “formales”

En cuanto a educación cristiana formal, es importante recordar que todos los creyentes hemos sido llamados a ser vehículos por el cual el evangelio de Jesucristo es predicado a todo el mundo. Ese es el llamado a todos los hijos de Dios, sin excepción alguna. Pero esto no significa que todos debamos prepararnos para convertirnos en teólogos académicos, ni mucho menos quiero alentarte a que te prepares solo para ganar discusiones en redes sociales. La preparación formal debe tener el objetivo de equiparnos para hacer discípulos en todas las naciones y ser de edificación en nuestras iglesias locales.

"No hay mejor escuela ministerial que el servicio voluntario en la iglesia local"

Habiendo aclarado esto, quisiera pensar en dos tipos de educación teológica formal:

Cursos libres: Diversas páginas en Internet ofrecen cursos libres que tienen una estructura formal, pese a que no tienen necesariamente una certificación de nivel académico. Te recomiendo que consultes con tu pastor para que te recomiende recursos que él considere apropiados para la etapa de la vida en la que estás.

Seminario o instituto teológico: Aunque no todos los creyentes son llamados al ministerio pastoral, nada impide que lleven a cabo su deseo genuino de profundizar su formación en un seminario teológico. El rigor, las formalidades y las exigencias del estudio académico formal no son para todas las etapas de la vida, pero sin duda que serán de gran bendición si puedes y deseas hacerlo.

En resumen, si anhelas prepararte para el ministerio cristiano, empieza por fortalecer tu relación con Dios a través de las disciplinas espirituales personales. También busca el consejo de creyentes maduros en la fe, mientras sirves fielmente en tu iglesia local y compartes el evangelio con otras personas. Estos son los primeros pasos que irán guiándote si Dios te llama a una preparación más formal y cuál debes tomar. En todo este proceso, no te apresures y ora para que Dios guíe tus pasos. ¡Qué el Señor te use en el ministerio!

Julio C. Salas tiene una Maestría en Divinidades y un Doctorado en Ministerio Educacional del Southern Baptist Theological Seminary, donde sirve como colaborador educacional del programa hispano. Reside en Miami, donde sirve en su iglesia local en el ministerio educacional en español e inglés. El Dr. Salas es presidente del ministerio educacional America Academics, el cual equipa a líderes de todo el mundo hispano en estudios bíblicos y teológicos, el ministerio cristiano y el área empresarial.

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