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Lee la Biblia con la gloria de Dios en mente

Muchos cristianos luchan por sacar el mejor provecho a su lectura bíblica. Pero ¿habías considerado que las Escrituras comunican la gloria de Dios? Y si esto es cierto, ¿cómo deberíamos acercarnos a ella?

Si partimos de la convicción de que la Biblia está llena de la gloria de Dios, entonces ¿cómo nos comunica esa gloria? ¿Cómo deberíamos leer y estudiar las Escrituras de modo que produzcan un cambio en nosotros?

Empecemos repasando algunos conceptos básicos sobre esto y, luego, terminaré con algunos consejos prácticos para tu lectura bíblica.

La comunicación de la gloria de Dios

En este escrito utilizo la idea de «comunicar» no solo como la transmisión de un mensaje verbal, sino como un medio por el cual se comparte algo. De hecho, el diccionario define comunicar como «hacer a una persona partícipe de lo que se tiene». Comunicar es dar, otorgar, transferir o entregar. En este sentido, digo que la gloria de Dios es comunicada por la Escritura.

Entonces, ¿cómo la Escritura comunica la gloria de Dios? Por medio de lo que enseña sobre Dios y lo que produce en el pecador.

La gloria de Dios se demuestra en la Escritura a través del relato de los grandes eventos de la redención en Cristo

 

Para entender este concepto quiero repasar lo que la Confesión de Westminster (una importante confesión protestante) nos enseña al respecto, así como algunas consideraciones de los teólogos John Piper, Juan Calvino, B. B. Warfield y James Hamilton. Ellos nos ayudarán a comprender mejor cómo la Biblia comunica la gloria de Dios.

La gloria de Dios comunicada en el contenido de la Biblia

La Confesión de Westminster argumenta que las propias Escrituras demuestran ser la Palabra de Dios a través de los atributos que exhibe:

Constituyen argumentos por los cuales ellas evidencian abundantemente, por sí mismas, ser la Palabra de Dios: el carácter celestial de su contenido, la eficacia de su doctrina, la majestad de su estilo, la armonía de todas sus partes, el propósito de todo su conjunto (que es dar toda gloria a Dios), la plena revelación que hacen del único camino de la salvación del ser humano, las muchas otras incomparables excelencias y su total perfección (Confesión de fe de Westminster, I.5).

Podemos ver que los atributos de la Biblia evidencian su origen divino y nos señalan la gloria de su Autor. Pero no solo señalan la gloria de Dios, sino que la promueven, pues el propósito de la Biblia es dar toda la gloria a Dios. Esto significa que la Escritura se autentica a sí misma como el testimonio de la gloria de Dios y el medio para conocer a Dios.

Pensando en esta definición, se podría enumerar algunas formas generales en que las el contenido de la Biblia comunica la gloria de Dios:

1. En los grandes eventos y en el significado de los textos.

La gloria de Dios se demuestra en la Escritura a través del relato de los grandes eventos de la redención en Cristo y en el significado espiritual de esos eventos. John Piper lo expresa así:

La gloria del evangelio brillará, no a través de fragmentos ininteligibles, aislados de los acontecimientos o por medio de fragmentos de este significado divino, sino más bien a través de un relato verbal suficientemente amplio de la realidad histórica y del significado divino (Una gloria peculiar, p. 149).

Piper usa la analogía de una pintura de Rembrandt. Él explica que si cubrimos uno de sus cuadros con un papel negro y luego hacemos un agujero con un alfiler, mostrando solo una pequeña mancha de la pintura, no seríamos capaces de ver y confimar que esa pintura pertenece a Rembrandt. Así también, sería difícil ver la gloria del Autor divino en solo una letra o media palabra del texto bíblico. Necesitamos ver el texto y el contexto más amplio para tener una mejor comprensión y apreciación de su significado.

Necesitamos ver cada evento e historia a la luz del plan de redención en Jesús. Como Piper señala: «Las marcas divinas están en el significado de lo escrito» (p. 151).

2. En su carácter celestial.

La naturaleza espiritual y superior de las Escrituras también son formas en las que la gloria de Dios es percibida en ellas.

Juan Calvino decía: «Ya sea que leamos a Amós, que era pastor, a Jeremías o Zacarías, cuyo lenguaje es más áspero y rústico, en todas partes se aprecia la majestad de Dios de forma evidente» (Institución de la religión cristiana, Libro I, cap. VIII, p. 41).

Por su parte, el teólogo B. B. Warfield decía que «el carácter moral y espiritual de la revelación que las Escrituras transmiten de Dios, de la persona de Cristo, es la autodemostración característica de la Palabra de Dios» (citado en Doctrina de Westminster sobre las Sagradas Escrituras, p. 69).

Como Calvino y Warfield explican, las Escrituras poseen un carácter inherentemente espiritual y extraordinario. Por ese carácter decimos que la gloria de Dios es percibida en ellas.

3. En el trama total que la Biblia desarrolla.

En su libro ¿Qué es la teología bíblica?, James Hamilton Jr. enfatiza que el tema recurrente en las Escrituras es el Dios que muestra Su gloria salvando a Su pueblo por medio del juicio. La trama bíblica tiene que ver con la gloria de Dios en la redención por medio del juicio. Hamilton dice al respecto:

La Biblia está, por supuesto, llena de temas y cada uno de ellos brilla con la gloria de Dios. Todos estos temas emanan y regresan a la gloria de Dios… como Dios trae la salvación a través del juicio, la justicia sirve como el paño oscuro en el que Dios mostrará el diamante de la misericordia. La piedra brillante, el paño contrastante y la luz que brilla en ambos, resulta en un impresionante despliegue de la gloria de Dios. El tema central de la Biblia es la gloria de Dios en la salvación a través del juicio (pp. 42-43).

La gloria de Dios comunicada en lo que la Biblia produce

A pesar de estos valiosos testimonios históricos, nada habla mejor sobre la Biblia que ella misma. En el Salmo 19 se combina el carácter divino y superior de la Palabra con lo que ella produce en el pecador, como las formas entrelazadas en las que Dios muestra Su gloria:

La ley del SEÑOR es perfecta, que restaura el alma;
El testimonio del SEÑOR es seguro, que hace sabio al sencillo.
Los preceptos del SEÑOR son rectos, que alegran el corazón;
El mandamiento del SEÑOR es puro, que alumbra los ojos.
El temor del SEÑOR es limpio, que permanece para siempre;
Los juicios del SEÑOR son verdaderos, todos ellos justos (Sal 19:7-9).

La Escritura es perfecta, sin mancha; es fiel, segura y digna de confianza; sus mandatos son rectos, puros, limpios y verdaderos. Por estas cualidades, ella puede vivificar al pecador, hacer sabio al sencillo, alegrar los corazones, alumbrar los ojos y guiar a las personas.

La vida, el gozo y la justicia que la verdad de la Biblia produce en el pecador testifican de la gloria de su Autor

 

El Nuevo Testamento hace eco de estas verdades al enseñarnos que la Palabra es el poder de Dios para salvar, santificar, transformar, edificar y sostener al pecador arrepentido (Ro 10:17Jn 17:172 Ti 3:16Hch 20:32). La gloria de Dios en las Escrituras se puede ver en todo lo que produce en el pecador: en los efectos salvíficos que infunde en el alma del redimido, en el estilo de vida que forja en quienes la leen con fe y obediencia, y en la transformación de los pueblos que la abrazan.

Es Dios Espíritu, quien por medio de Su palabra, convierte al más duro de los pecadores. Es a través de la Escritura que Dios hace humilde al orgulloso, manso al iracundo, generoso al egoísta, compasivo al ofendido. Es el poder de Su verdad que transforma al pecador, sostiene al débil, trae paz al angustiado y gozo al deprimido. De esa manera hace que la gloria de Dios brille. La vida, el gozo y la justicia que la verdad de la Biblia produce en el pecador testifican de la gloria de su Autor.

Leer la Biblia con la gloria de Dios en mente

Esta verdad debe transformar la manera en que nos acercamos a la Biblia. Debe animarnos a leer las Escrituras con el propósito de identificar y conocer la gloria de Dios.

Por eso, una manera de estudiar un pasaje bíblico sería indagando: ¿Qué realidades de la gloria divina me muestra este pasaje? ¿Qué aspectos de Su gloria exhiben y señalan este libro, capítulo o verso? ¿De qué formas este texto me apunta a la gloria del Señor?

Anhelemos convertirnos en lectores que buscan las riquezas de la verdad, la sabiduría y la gloria de Dios que se esconden en las Escrituras

 

Es cierto que no todos los versículos mencionan la gloria, la honra o el nombre de Dios, pero todo pasaje nos señala, de alguna u otra manera, algún aspecto de Su gloria. En estos casos podemos indagar: ¿Cómo se relaciona este texto con la realidad de que la gloria de Dios ha sido rechazada por los seres humanos? ¿Cómo se relaciona este pasaje con la mayor expresión de la gloria de Dios que es Cristo en la salvación de pecadores?

La gloria de Dios es el tesoro que se encuentra en cada página de la Biblia (Pr 2:4-53:13-14). Anhelemos convertirnos en lectores que buscan las riquezas de la verdad, la sabiduría y la gloria de Dios que se esconden en las Escrituras (cp. Col 2:2-3).

Pensemos en cuán extraordinaria oportunidad tenemos cada vez que nos disponemos a abrir la Biblia. Consideremos cuán grande es el horizonte que se abre ante nosotros cuando nos ponemos frente a la gloriosa verdad de Su Palabra. ¡Cuántas cosas pueden suceder en un momento de devociones con la Biblia abierta! Mejor aún, cuánta grandeza podemos ver y cuán cautivados podemos quedar por la belleza que la Escritura nos comunica.


​Gerson Morey es miembro del concilio de Coalición por el Evangelio. Actualmente sirve como pastor en la Iglesia Día de Adoración en la ciudad de Davie, al Sur de la Florida. Es autor del blog: El Teclado de Gerson. Está casado con Aidee y tienen tres hijos: Christopher, Denilson y Johanan. Es el autor de La humildad: El llamado a vivir vidas de bajo perfil.

Acerca del Autor

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