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Lectura de Hoy

11-09-2024

DEVOCIONAL

Devocional: 2 Samuel 6

Si David estuviera vivo hoy día, seguramente muchos de nosotros nos sentiríamos incómodos. Era un hombre muy enérgico: exuberante en sus placeres, abatido en sus desánimos, poderoso en su liderazgo, desenfrenado en su adoración.

(1) Hay un suceso que nos revela mucho, tanto de este hombre como de Dios; a saber, la ocasión en la que se llevó el arca del pacto, y probablemente todo el tabernáculo, a Jerusalén (2 Samuel 6). David no envía solamente a unos cuantos clérigos—los levitas designados—y nada más. Reúne una tropa de treinta mil soldados expertos y representantes de toda la casa de Israel, y un montón de músicos y coros.

(2) Cuando Uza extendió su mano para estabilizar el arca porque los bueyes que tiraban del carro tropezaron, “Con todo, la ira del Señor se encendió contra Uza por su atrevimiento y lo hirió de muerte ahí mismo, de modo que Uza cayó fulminado junto al arca”. (6:7). Sin duda que esto aguó la fiesta. David está a la vez enojado con Dios (6:8) y temeroso de él (6:9). Por el momento, decide no traer el arca del Señor a Jerusalén. Ciertamente, también muchos de nosotros, en silencio, estamos de acuerdo con David.

No obstante, Dios ha estado profundamente preocupado en todo momento por erradicar cualquier idea de que él no es más que un talismán, un dios controlable, una especie de diosecillo parecido a los demás del territorio. Una de sus prohibiciones más rotundas era no tocar el arca ni mirar dentro de ella. De hecho, por esto último setenta hombres de Bet Semes pagaron con sus vidas, tan sólo una generación antes (1 Samuel 6:19-20); ver meditación del 15 de agosto), cuando ignoraron el edicto. Nuestro texto define el acto de Uza como “irreverente” (2 Samuel 6:7). Lo que lo hizo irreverente o “profano” no fue que Uza actuara maliciosamente, sino que en sus ojos no había un temor reverente ni la distinción cuidadosa entre todo lo que Dios llama santo y lo que es meramente común. El horror de la blasfemia es idéntico: la gente dice que no significa nada cuando toman el nombre de Dios en vano. Ese es justamente el problema: para ellos no significa nada. Dios no tolera que se le trate de esa manera.

(3) El arca permanece con Obed Edom durante tres meses y él experimenta tanta bendición que a David le vuelve a interesar (6:11-12). La bendición y la reverencia van de la mano; más vale que David se dé cuenta y nosotros también.

(4) Mical resulta ser digna hija de su padre: le interesa más la pompa, la forma, los vestidos reales y la dignidad personal que la adoración exuberante (6:16). Desprecia a David justamente porque él está tan centrado en Dios, que le importa muy poco su imagen. Las personas que viven constantemente obsesionadas por lo que los demás piensan de ellas, nunca logran disfrutar de ser plenamente conscientes de Dios y estar centradas en él, algo que caracteriza a toda verdadera adoración.


Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.

Devocional: Ezequiel 14

Tres observaciones relativas a Ezequiel 14:

En primer lugar, la expresión particular “hacer del corazón un altar de ídolos”, repetida varias veces con pequeñas variaciones en 14:1-8, apesta a hipocresía. Puede que exista algo de fidelidad al pacto en público, pero simplemente no hay lealtad de corazón. Hacer del corazón un altar de ídolos es apartarse del Dios viviente (14:7).

El peligro no es menos traicionero en la actualidad que en la época de Ezequiel. De alguna forma, nos las arreglamos para observar el credo que profesamos, pero, si algo va mal, nuestra ira indisciplinada demuestra que realmente confiamos muy poco en el Dios viviente: nuestros ídolos secretos son la comodidad y el bienestar físico. Asistimos a la iglesia, pero rara vez oramos en privado o leemos concienzudamente la Palabra de Dios. Cantamos con fuerza en convenciones misioneras, pero no hemos compartido el Evangelio con nadie desde hace años. En el fondo, nos interesa más nuestra reputación, el sexo, las vacaciones, que disfrutar del resplandor y la majestad sobrecogedora de Dios. Meditemos en 14:8 y pidamos perdón y gracia, para que podamos ser más coherentes.

En segundo lugar, los que hacen de su corazón un altar de ídolos son justo los que más probablemente buscan a un profeta o predicador para mantener las apariencias y garantizarse algo de ayuda al mismo tiempo. Sin embargo, el Señor dice: “Yo el SEÑOR le responderé según la multitud de sus ídolos malolientes” (14:4). Él “sedujo” a los profetas (14:9-11). Una mejor traducción de esta palabra es “engañar”. El “engaño” de Dios a los profetas forma parte de su sentencia judicial. No obstante, es un “engaño” particular, porque la revelación del Señor ya es pública en las Escrituras para que todos la lean y estudien. Además, ahora habla abiertamente a los profetas acerca de su mano judicial sobre ellos. Si tuviesen un ápice de sensibilidad espiritual, la advertencia les empujaría a realizar examen de conciencia y arrepentirse. Sin embargo, no lo hacen, y la sentencia se pronuncia, siendo engañados. Tales profetas mienten al pueblo, que ama sus mentiras y los escucha (cp. 13:19).

En tercer lugar, el juicio es en ocasiones tan inevitable que ni siquiera la presencia del más justo lo retrasará (14:12-23). El razonamiento presupone la teología de Génesis 18: Dios puede salvar a una ciudad o nación malvada por los justos que vivan allí. Sin embargo, allá donde la maldad rebosa, ni siquiera la presencia de Noé (salvado del diluvio), de Job (declarado “recto” e “intachable”, Job 1:1) y de Daniel (coetáneo de Ezequiel, que servía en la corte babilónica, conocido por su piedad) detendrá el desastre que el Todopoderoso ordena. De hecho, cuando los exiliados vean la conducta rebelde de los nuevos refugiados, serán conscientes de que Dios tenía razón (14:22-23).


Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.

2 Samuel 6

David lleva el arca a Jerusalén

6 Volvió David a reunir a todos los hombres escogidos de Israel, 30,000. Y David se levantó y fue con todo el pueblo que estaba con él a Baala de Judá, para hacer subir desde allí el arca de Dios, la cual es llamada por el Nombre, el nombre del Señor de los ejércitos, que está sobre los querubines. Pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo, para que la pudieran llevar de la casa de Abinadab que estaba en la colina. Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban el carro nuevo. Y lo llevaron con el arca de Dios de la casa de Abinadab que estaba en la colina, y Ahío iba delante del arca. David y toda la casa de Israel se regocijaban delante del Señor con toda clase de instrumentos hechos de madera de abeto, y con liras, arpas, panderos, castañuelas y címbalos.

Pero cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió la mano hacia el arca de Dios, y la sostuvo porque los bueyes casi la volcaron. Y se encendió la ira del Señor contra Uza, y Dios lo hirió allí por su irreverencia; y allí murió junto al arca de Dios. Entonces David se enojó porque el Señor había estallado en ira contra Uza, y llamó aquel lugar Pérez Uza hasta el día de hoy. David tuvo temor del Señor aquel día, y dijo: «¿Cómo podrá venir a mí el arca del Señor?». 10 Y David no quiso trasladar el arca del Señor con él a la ciudad de David, sino que la hizo llevar a la casa de Obed Edom el geteo. 11 Por tres meses permaneció el arca del Señor en la casa de Obed Edom el geteo; y bendijo el Señor a Obed Edom y a toda su casa.

12 Y se dio aviso al rey David: «El Señor ha bendecido la casa de Obed Edom y todo lo que le pertenece a causa del arca de Dios». Entonces David fue, y con alegría hizo subir el arca de Dios de la casa de Obed Edom a la ciudad de David. 13 Y cuando los portadores del arca del Señor habían andado seis pasos, David sacrificó un buey y un carnero cebado. 14 David danzaba con toda su fuerza delante del Señor, y estaba vestido con un efod de lino. 15 David y toda la casa de Israel hacían subir el arca del Señor con aclamación y sonido de trompeta.

16 Sucedió que cuando el arca del Señor entraba a la ciudad de David, Mical, hija de Saúl, miró desde la ventana y vio al rey David saltando y danzando delante del Señor, y lo despreció en su corazón. 17 Metieron el arca del Señor y la colocaron en su lugar dentro de la tienda que David había levantado para ella, y David ofreció holocaustos y ofrendas de paz delante del Señor. 18 Cuando David terminó de ofrecer el holocausto y las ofrendas de paz, bendijo al pueblo en el nombre del Señor de los ejércitos. 19 Después repartió a todo el pueblo, a toda la multitud de Israel, tanto a hombres como a mujeres, una torta de pan, una de dátiles y una de pasas a cada uno. Entonces todo el pueblo se fue, cada uno a su casa.

20 Pero al regresar David para bendecir su casa, Mical, hija de Saúl, salió al encuentro de David, y le dijo: «¡Cómo se ha distinguido hoy el rey de Israel! Se descubrió hoy ante los ojos de las criadas de sus siervos, como se descubriría sin decoro un insensato». 21 Y David dijo a Mical: «Eso fue delante del Señor que me escogió en preferencia a tu padre y a toda su casa para constituirme por príncipe sobre el pueblo del Señor, sobre Israel. Por tanto, lo celebraré delante del Señor. 22 Y aún seré menos estimado que esto, y seré humillado ante mis propios ojos, pero con las criadas de quienes has hablado, ante ellas seré honrado». 23 Y Mical, hija de Saúl, no tuvo hijos hasta el día de su muerte.


Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com

1 Corintios 16

Ofrenda para los cristianos de Jerusalén

16 Ahora bien, en cuanto a la ofrenda para los santos, hagan ustedes también como instruí a las iglesias de Galacia. Que el primer día de la semana, cada uno de ustedes aparte y guarde según haya prosperado, para que cuando yo vaya no se recojan entonces ofrendas.

Cuando yo llegue, enviaré con cartas a quienes ustedes hayan designado, para que lleven su contribución a Jerusalén. Y si es conveniente que yo también vaya, ellos irán conmigo. Iré a ustedes cuando haya pasado por Macedonia, pues voy a pasar por Macedonia. Y tal vez me quede con ustedes, o aun pase allí el invierno, para que me encaminen adonde haya de ir.

Pues no deseo verlos ahora solo de paso, porque espero permanecer con ustedes por algún tiempo, si el Señor me lo permite. Pero me quedaré en Éfeso hasta Pentecostés, porque se me ha abierto una puerta grande para el servicio eficaz, aunque también hay muchos adversarios.

Recomendaciones finales

10 Si llega Timoteo, vean que esté entre ustedes sin temor, pues él hace la obra del Señor lo mismo que yo. 11 Por tanto, nadie lo menosprecie. Más bien, envíenlo en paz para que venga a mí, porque lo espero con los hermanos. 12 En cuanto a nuestro hermano Apolos, mucho lo animé a que fuera a ustedes con los hermanos, pero de ninguna manera tuvo ahora el deseo de ir. Sin embargo, irá cuando tenga oportunidad.

13 Estén alerta, permanezcan firmes en la fe, pórtense varonilmente, sean fuertes. 14 Todas sus cosas sean hechas con amor.

15 Los exhorto, hermanos (ya conocen a los de la casa de Estéfanas, que fueron los primeros convertidos de Acaya, y que se han dedicado al servicio de los santos), 16 que también ustedes estén en sujeción a los que son como ellos, y a todo el que ayuda y trabaja en la obra.

17 Y me regocijo por la venida de Estéfanas, de Fortunato y de Acaico, pues ellos han suplido lo que faltaba de parte de ustedes. 18 Porque ellos han recreado mi espíritu y el de ustedes. Por tanto, reconozcan a tales personas.

Saludos y despedida

19 Las iglesias de Asia los saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, los saludan muy afectuosamente en el Señor. 20 Todos los hermanos los saludan. Salúdense los unos a los otros con un beso santo.

21 Este saludo es de mi puño y letra. Pablo. 22 Si alguien no ama al Señor, que sea anatema. ¡Maranata! 23 La gracia del Señor Jesús sea con ustedes. 24 Mi amor sea con todos ustedes en Cristo Jesús. Amén.


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Ezequiel 14

Condenación de la idolatría

14 Entonces vinieron a mí algunos de los ancianos de Israel y se sentaron delante de mí. Y vino a mí la palabra del Señor: «Hijo de hombre, estos hombres han erigido sus ídolos en su corazón, y han puesto delante de su rostro lo que los hace caer en su iniquidad. ¿Me dejaré Yo consultar por ellos? Por tanto, diles: “Así dice el Señor Dios: ‘Cualquier hombre de la casa de Israel que erija sus ídolos en su corazón, y que ponga delante de su rostro lo que lo hace caer en su iniquidad, y después venga al profeta, Yo, el Señor, le responderé entonces de acuerdo con la multitud de sus ídolos, a fin de alcanzar a la casa de Israel en sus corazones, que están apartados de Mí a causa de todos sus ídolos’”.

»Por tanto, dile a la casa de Israel: “Así dice el Señor Dios: ‘Arrepiéntanse y apártense de sus ídolos, y de todas sus abominaciones aparten sus rostros. Porque a cualquiera de la casa de Israel, o de los extranjeros que residen en Israel, que se aleje de Mí y erija sus ídolos en su corazón, que ponga delante de su rostro lo que lo hace caer en su iniquidad, y después venga al profeta para consultarme por medio de él, Yo, el Señor, le responderé por Mí mismo. Pondré Mi rostro contra ese hombre, haré de él señal y proverbio, y lo cortaré de en medio de Mi pueblo. Así ustedes sabrán que Yo soy el Señor. Pero si el profeta se deja persuadir y dice algo, soy Yo, el Señor, el que he persuadido a ese profeta, y extenderé Mi mano contra él y lo exterminaré de en medio de Mi pueblo Israel. 10 Ambos llevarán el castigo de su iniquidad; como la iniquidad del que consulta será la iniquidad del profeta, 11 a fin de que la casa de Israel no se desvíe más de Mí ni se contamine más con todas sus transgresiones. Y ellos serán Mi pueblo y Yo seré su Dios’”», declara el Señor Dios.

12 Entonces vino a mí la palabra del Señor: 13 «Hijo de hombre, si un país peca contra Mí cometiendo infidelidad, y Yo extiendo Mi mano contra él, destruyo su provisión de pan y envío hambre contra él y corto de él hombres y animales, 14 aunque estos tres hombres, Noé, Daniel y Job, estuvieran en medio de ese país, solo ellos se salvarían a sí mismos por su justicia», declara el Señor Dios. 15 «Si Yo hiciera pasar por esa tierra fieras y ellas la despoblaran, y se volviera desolada sin que nadie pasara por ella a causa de las fieras, 16 aunque estos tres hombres estuvieran en medio de esa tierra, vivo Yo», declara el Señor Dios, «ni a sus hijos ni a sus hijas podrían salvar; solo ellos se salvarían, pero el país estaría desolado. 17 si Yo trajera la espada contra ese país, y dijera: “Pase la espada por el país”, y extermino de él hombres y animales, 18 y estos tres hombres estuvieran en medio de él, vivo Yo», declara el Señor Dios, «que no podrían salvar a sus hijos ni a sus hijas; sino que solo ellos se salvarían. 19 si Yo enviara una plaga contra ese país y derramara Mi furor sobre él con sangre, para cortar de él hombres y animales, 20 aunque Noé, Daniel y Job estuvieran en medio de él, vivo Yo», declara el Señor Dios, «que ni a su hijo ni a su hija podrían salvar; solo ellos se librarían a sí mismos por su justicia».

21 Porque así dice el Señor Dios: «¡Cuánto más cuando Yo envíe Mis cuatro terribles juicios contra Jerusalén: espada, hambre, fieras y plaga para exterminar de ella hombres y animales! 22 Sin embargo, en ella quedarán sobrevivientes, hijos e hijas que serán sacados. Saldrán hacia ustedes y verán su conducta y sus obras; entonces serán consolados de la calamidad que he traído contra Jerusalén, de todo lo que he traído sobre ella. 23 Y ellos los consolarán cuando vean sus caminos y sus obras, y sabrán que no he hecho en vano lo que hice en ella», declara el Señor Dios.


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Salmo 55

Oración del perseguido

Para el director del coro; con instrumentos de cuerda. Masquil de David.

55 Escucha, oh Dios, mi oración,
Y no te escondas de mi súplica.
Atiéndeme y respóndeme;
Conmovido estoy en mi queja y muy conturbado,
A causa de la voz del enemigo,
Por la opresión del impío;
Porque echan iniquidad sobre mí,
Y con furia me persiguen.
Angustiado está mi corazón dentro de mí,
Y sobre mí han caído los terrores de la muerte.
Terror y temblor me invaden,
Y horror me ha cubierto.
Y dije: «¡Quién me diera alas como de paloma!
Volaría y hallaría reposo.
Ciertamente huiría muy lejos;
Moraría en el desierto. (Selah)
Me apresuraría a buscar mi lugar de refugio
Contra el viento borrascoso y la tempestad».
Confunde, Señor, divide sus lenguas,
Porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.
10 Día y noche la rondan sobre sus muros,
Y en medio de ella hay iniquidad y malicia.
11 Hay destrucción en medio de ella,
Y la opresión y el engaño no se alejan de sus calles.
12 Porque no es un enemigo el que me reprocha,
Si así fuera, podría soportarlo;
Ni es uno que me odia el que se ha alzado contra mí,
Si así fuera, podría ocultarme de él;
13 Sino tú, que eres mi igual,
Mi compañero, mi íntimo amigo;
14 Nosotros que juntos teníamos dulce comunión,
Que con la multitud andábamos en la casa de Dios.
15 Que la muerte sorprenda a mis enemigos,
Que desciendan vivos al Seol,
Porque la maldad está en su morada, en medio de ellos.
16 En cuanto a mí, a Dios invocaré,
Y el Señor me salvará.
17 Tarde, mañana y mediodía me lamentaré y gemiré,
Y Él oirá mi voz.
18 En paz redimirá mi alma de la guerra que hay contra mí,
Pues son muchos los que están contra mí.
19 Dios oirá y les responderá,
Él, que reina desde la antigüedad, (Selah)
Porque no hay cambio en ellos
Ni temen a Dios.
20 Aquel ha extendido sus manos contra los que estaban en paz con él,
Ha violado su pacto.
21 Las palabras de su boca eran más blandas que la mantequilla,
Pero en su corazón había guerra;
Más suaves que el aceite eran sus palabras,
Sin embargo, eran espadas desnudas.
22 Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará;
Él nunca permitirá que el justo sea sacudido.
23 Pero Tú, oh Dios, harás caer a los malvados en el pozo de la destrucción;
Los hombres sanguinarios y engañadores no vivirán la mitad de sus días;
Pero yo en Ti confiaré.

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