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Descarga gratis nuestra Revista Coalición: La iglesia y la gran comisión

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Imagina que tuvieras que irte de tu ciudad y dejar físicamente a tu familia por un tiempo que puede ser largo. ¿Qué les dirías? ¿Qué encargo les dejarías?

Realizar este pequeño ejercicio mental puede ayudarnos a revelar nuestras prioridades más profundas. En mi caso, le diría a mi esposa y a mis hijos que no dejaré de amarlos y que siempre estaré orando por ellos. Mi encargo sería que busquen tener siempre su mayor consuelo y gozo en Dios, así como que no dejen de orar por mí. ¿Cuáles serían tus últimas palabras para tu familia antes de partir?

Ahora bien, cuando se trata de Jesús, no tenemos que imaginarnos qué le diría a Su familia, que es la iglesia. Ya tenemos registradas Sus palabras y encargo final para nosotros: la «gran comisión». Esa es la expresión que usamos comúnmente para hablar del mandato de Jesús a Sus discípulos —y por extensión a todos los creyentes— registrado en Mateo 28:18-20, antes de ascender a la diestra del Padre:

Acercándose Jesús, les dijo: Toda autoridad Me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.

Este texto nos apunta a la prioridad más profunda de Jesús con respecto al mundo: que personas en todas partes vivan en obediencia a Dios en respuesta a Su gracia abundante mostrada en el evangelio, y que lo hagan para la gloria de Dios.

La gran comisión tiene una importancia especial para la iglesia porque resume con perfección su misión de evangelizar, bautizar y discipular a personas de todas las naciones.

También nos muestra que debemos hacerlo recordando la autoridad de Cristo y Su presencia con nosotros. Sin embargo, no abrazaremos lo que debemos hacer en obediencia a Jesús si no entendemos lo que Él hizo primero por nosotros.

El Hijo de Dios vino a este mundo para redimirnos al vivir la vida perfecta que no podíamos vivir y sufrir la muerte que merecemos recibir. Él no se quedó en una tumba, sino que resucitó con poder. Además, Jesús nos promete que, por medio de la fe en Él, tenemos perdón por nuestros pecados, recibimos vida eterna y formamos parte de Su pueblo redimido, la iglesia. ¿Existe amor más grande?

El amor de Dios en Cristo debe impulsarnos a trabajar sacrificialmente para que otros puedan conocer al Señor —quien nos salvó y es digno de adoración—, y puedan crecer unidos a Él en la iglesia (2 Co. 5:14-21Ef. 4:15-16). El Rey del universo nos ha rescatado de la muerte eterna por gracia. Entonces, ¿cómo no vamos a buscar cumplir la gran comisión, cueste lo que cueste, para que personas de todo lugar lo conozcan y se deleiten cada día más en Su bondad?

Es por eso que nuestra Revista Coalición busca invitarte con esta edición a pensar más en nuestra misión como iglesia, al presentarte artículos con reflexiones introductorias sobre dicha misión, el rol de la iglesia local en esta labor y algunas ideas relacionadas a cómo podemos involucrarnos en ella. Reconocemos que este tema es vasto, por lo que esperamos con las siguientes páginas animarte a profundizar más en todo esto junto a tu iglesia.

Al mismo tiempo, publicamos esta revista conscientes de que estamos en un momento muy particular en la historia del cristianismo: por primera vez, desde la Reforma protestante, la mayoría de los evangélicos y protestantes no viven en Europa o en los Estados Unidos. En cambio, viven en Latinoamérica, África y Asia.

Es en este contexto que la iglesia en el sur global está creciendo como una fuerza misionera. Vivimos en una época emocionante, en la que los cristianos latinos estamos trabajando más que nunca en la tarea de la gran comisión, reconociendo las características, habilidades y oportunidades particulares que Dios nos ha dado.
Sin embargo, todavía queda mucho por crecer. Todavía hay perdidos por seguir alcanzando.

Todavía hay un mensaje que debe ser proclamado en el mundo a la luz del día en que Cristo volverá para consumar Su reino en la tierra.

Nuestra oración es que esta edición de nuestra revista pueda brindar aliento y ánimo a tu iglesia para la comisión que el Señor nos ha encargado. Él es el Rey soberano que nunca dejará de amarnos y que siempre ora por nosotros intercediendo ante el Padre (He 7:25). Nuestra tarea es apremiante y desafiante, pero Él ha prometido estar con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo.

Josué Barrios sirve como Director Editorial en Coalición por el Evangelio. Ha contribuido en varios libros y es el autor de Espiritual y conectado: Cómo usar y entender las redes sociales con sabiduría bíblica. Es licenciado en periodismo y cursa una maestría de estudios teológicos en el Southern Baptist Theological Seminary. Vive con su esposa Arianny y sus hijos en Córdoba, Argentina, y sirve en la Iglesia Bíblica Bautista Crecer como líder de jóvenes. Puedes leerlo en josuebarrios.com, donde su blog es leído por decenas de miles de lectores todos los meses. También puedes seguirlo en YoutubeInstagramTwitter y Facebook, y suscribirte gratis a su newsletter con contenido exclusivo.

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