Plan

Lectura de Hoy

06-05-2024

DEVOCIONAL

Devocional: Números 14

Reflexionaremos otro día más en la Rebelión. En este caso se trata de la rebelión por parte del pueblo en Cades Barnea, cuando perdieron la oportunidad de entrar en la Tierra Prometida a causa de su pecado (Números 14).

(1) De la misma forma que en el capítulo anterior los diez espías que hicieron un informe negativo eran culpables de desalentar al pueblo, así también el pueblo era responsable a la hora de escoger a quien haría caso. Deciden dejarse llevar por la mayoría. Si se hubiesen mantenido fieles al pacto con el cual se habían comprometido, si hubiesen recordado todo lo que Dios ya había realizado a su favor, habrían escuchado a Caleb y a Josué. Aquellos que se dejen llevar por las mayorías en lugar de mantenerse fieles a la Palabra de Dios siempre se equivocan y están cortejando el desastre.

(2) Dudar de la fidelidad del Dios de la alianza, dudar de que fuese capaz o quisiese salvar a su propio pueblo, dudar de hacer lo que dijo que haría, es tratar a Dios con desprecio (14:11,23). Prácticamente toda actitud de queja brota de este mismo espíritu de desprecio hacia Dios. Esto es un mal terrible.

(3) La gente a menudo esconde su falta de fe, su flagrante incredulidad, detrás de una máscara piadosa. Aquí expresan su preocupación ante la posibilidad que sus esposas e hijos sean llevados como botín (14:3). En lugar de admitir que están muertos de miedo y acudir a Dios, culpan a Dios, implícitamente, por estar menos preocupado por sus esposas e hijos de lo que ellos mismos están.

(4) El castigo que se aplica corresponde perfectamente con la ofensa cometida: aquella generación de adultos, con un par de excepciones, muere en el desierto antes de que sus hijos (los mismos hijos por los cuales habían profesado tanta preocupación) hereden la tierra casi cuarenta años más tarde (14:20-35).

(5) Hay una clase de arrepentimiento que reconoce y lamenta los fracasos sucedidos, pero que no llega a someterse a la voluntad de Dios. Los israelitas lamentan su pecado, y luego deciden ocupar la tierra prometida, aunque Dios ahora les está diciendo que no lo intenten, puesto que ya no estará con ellos como su baluarte y su fuerza. Moisés discierne que se trata ni más ni menos que de otro acto más de desobediencia (14:41). Inevitablemente son derrotados (14:44-45).

Las mismas cinco características de esta gran rebelión siguen encontrándose hoy día: un apego popular a las opiniones religiosas mayoritarias, con poco deseo de conocer y obedecer la voluntad de Dios, una indiferencia despreciadora hacia Dios que brota de una incredulidad pura y dura, excusas piadosas que enmascaran el miedo y la incredulidad, juicios temporales que anulan cualquier posibilidad de una obra cristiana valiente, y un arrepentimiento deficiente y superficial con el cual se sale de un culto resuelto a rectificar, pero sin ninguna intención de escuchar la Palabra de Dios ni de obedecerle. Que Dios nos ayude a todos.

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.
Devocional: Isaías 3–4
La mayor parte de Isaías 3-4 está dedicada al juicio específico, en una especie de estructura ABB’A’ (3:1-4:1), seguida por una esperanza gloriosa en el futuro (4:2-6).
El Señor es el Juez que está en el centro de la condenación, acusando a “los ancianos y jefes de su pueblo” (3:13-15). Tanto la familia real como los líderes locales (“ancianos”) han caído en la corrupción y la opresión. Sin embargo, los dos versículos siguientes también condenan a “las hijas de Sión” (3:16-17). Los hombres son condenados principalmente por opresión; las mujeres, por su vanidad y ostentación. Alrededor de estos versículos, encontramos dos secciones más largas que explican por qué se condena a los primeros (3:1-12) y cómo será el juicio de las segundas (3:18—4:1).

Dios enviará asedio y hambruna sobre su pueblo (3:1), que producirán la eliminación de los líderes de la comunidad, por deportación o muerte (3:2-3). Toda la sociedad se resquebrajará, marcada particularmente por una disposición desesperada a escoger a casi cualquiera como líder (3:5). Esta visión se cumplió de forma literal siglo y medio más tarde (2 R. 25:1- 12), pero estando aún vivo Isaías ya se podía presagiar cómo sería el juicio: Babilonia completaría lo que Asiria comenzó (Isaías 39:5-7), pues la cultura era extremadamente corrupta por culpa de sus líderes, tan débiles como opresivos (3:12).

El asedio tampoco será amable con las mujeres ostentosas (3:18- 4:1). Todas sus galas les serán arrebatadas (3:18-23). Apestarán a pesar de todo el dinero que se han gastado en agradables perfumes. Sufrirán enfermedades (3:17a), abusos sexuales (3:17b, RVR60 lo traduce correctamente: “El Señor descubrirá sus vergüenzas”, esto es, se verán sometidas a las violaciones tan comunes en la guerra) y pérdidas (3:25). Algunas acabarán lanzándose sobre cualquier varón disponible desesperadas por conseguir un refugio y un hogar (4:1), pero la matanza de los mismos será tan terrible que no habrá suficientes para hacerlo.

Frecuentemente, en la profecía del Antiguo Testamento, las visiones del futuro se mueven atrás y adelante entre un futuro cercano y otro bastante alejado. Si el día del Señor trae un juicio horrendo (3:6- 4:1), también traerá gloria (4:2-6). Más adelante, “retoño” (4:2) será claramente una forma de referirse al Mesías (11:1; 53:2; cp. Jeremías 23:533:15Zacarías 3:86:12), pero aquí parece hacerlo al pueblo y a los propósitos de Dios en gloriosa productividad. Con un lenguaje que evoca imágenes del éxodo, Dios promete limpiar la inmundicia de su pueblo y manifestar su gloria como un escudo protector sobre ellos (4:4-6).

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.
Números 14
El pueblo se rebela
14 Entonces toda la congregación levantó la voz y clamó, y el pueblo lloró aquella noche. Todos los israelitas murmuraron contra Moisés y Aarón, y toda la congregación les dijo: «¡Ojalá hubiéramos muerto en la tierra de Egipto! ¡Ojalá hubiéramos muerto en este desierto! ¿Por qué nos trae el SEÑOR a esta tierra para caer a espada? Nuestras mujeres y nuestros hijos van a caer cautivos. ¿No sería mejor que nos volviéramos a Egipto?». Y se decían unos a otros: «Nombremos un jefe y volvamos a Egipto».
Entonces Moisés y Aarón cayeron sobre sus rostros en presencia de toda la asamblea de la congregación de los israelitas. Y Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rasgaron sus vestidos; y hablaron a toda la congregación de los israelitas y dijeron: «La tierra por la que pasamos para reconocerla es una tierra buena en gran manera. Si el SEÑOR se agrada de nosotros, nos llevará a esa tierra y nos la dará; es una tierra que mana leche y miel. Solo que ustedes no se rebelen contra el SEÑOR, ni tengan miedo de la gente de la tierra, pues serán presa nuestra. Su protección les ha sido quitada, y el SEÑOR está con nosotros; no les tengan miedo». 10 Pero toda la congregación dijo que los apedrearan. Entonces la gloria del SEÑOR apareció en la tienda de reunión a todos los israelitas.
11 Y el SEÑOR dijo a Moisés: «¿Hasta cuándo me desdeñará este pueblo? ¿Y hasta cuándo no creerán en Mí a pesar de todas las señales que he hecho en medio de ellos? 12 Los heriré con pestilencia y los desalojaré, y a ti te haré una nación más grande y poderosa que ellos».
13 Pero Moisés respondió al SEÑOR: «Entonces lo oirán los egipcios, pues Tú sacaste a este pueblo de en medio de ellos con Tu poder, 14 y se lo dirán a los habitantes de esta tierra. Estos han oído que Tú, oh SEÑOR, estás en medio de Tu pueblo, porque Tú, oh SEÑOR, eres visto cara a cara cuando Tu nube está sobre ellos; y Tú vas delante de ellos de día en una columna de nube, y de noche en una columna de fuego. 15 Pero si Tú destruyes a este pueblo como a un solo hombre, entonces las naciones que han oído de Tu fama, dirán: 16 “Porque el SEÑOR no pudo introducir a este pueblo a la tierra que les había prometido con juramento, por eso los mató en el desierto”.
17 »Pero ahora, yo te ruego que sea engrandecido el poder del Señor, tal como Tú lo has declarado: 18 “El SEÑOR es lento para la ira y abundante en misericordia, y perdona la iniquidad y la transgresión; pero de ninguna manera tendrá por inocente al culpablesino que castigará la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y la cuarta generación”. 19 Perdona, te ruego, la iniquidad de este pueblo conforme a la grandeza de Tu misericordia, así como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí».
20 Entonces el SEÑOR dijo: «Los he perdonado según tu palabra; 21 pero ciertamente, vivo Yo, que toda la tierra será llena de la gloria del SEÑOR. 22 Ciertamente todos los que han visto Mi gloria y las señales que hice en Egipto y en el desierto, y que me han puesto a prueba estas diez veces y no han oído Mi voz, 23 no verán la tierra que juré a sus padres, ni la verá ninguno de los que me desdeñaron. 24 Pero a Mi siervo Caleb, porque ha habido en él un espíritu distinto y me ha seguido plenamente, lo introduciré a la tierra donde entró, y su descendencia tomará posesión de ella. 25 Ahora bien, los amalecitas y los cananeos moran en los valles. Mañana, ustedes vuelvan y partan para el desierto, camino del Mar Rojo».
26 Y el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón y les dijo: 27 «¿Hasta cuándo tendré que sobrellevar a esta congregación malvada que murmura contra Mí? He oído las quejas de los israelitas, que murmuran contra Mí. 28 Diles: “Vivo Yo”, declara el SEÑOR, “que tal como han hablado a mis oídos, así haré Yo con ustedes. 29 En este desierto caerán los cadáveres de ustedes, todos sus enumerados de todos los contados de veinte años arriba, que han murmurado contra Mí. 30 De cierto que ustedes no entrarán en la tierra en la cual juré establecerlos, excepto Caleb, hijo de Jefone, y Josué, hijo de Nun. 31 Sin embargo, sus pequeños, de quienes dijeron que serían presa del enemigo, a ellos los introduciré, y conocerán la tierra que ustedes han despreciado. 32 Pero en cuanto a ustedes, sus cadáveres caerán en este desierto. 33 Y sus hijos serán pastores por cuarenta años en el desierto, y sufrirán por la infidelidad de ustedes, hasta que sus cadáveres queden en el desierto. 34 Según el número de los días que ustedes reconocieron la tierra, cuarenta días, por cada día llevarán su culpa un año, hasta cuarenta años, y conocerán Mi enemistad. 35 Yo, el SEÑOR, he hablado; ciertamente esto haré a toda esta perversa congregación que se han juntado contra Mí. En este desierto serán destruidos, y aquí morirán”».
36 En cuanto a los hombres a quienes Moisés envió a reconocer la tierra, y que volvieron e hicieron murmurar contra él a toda la congregación dando un mal informe acerca de la tierra, 37 aquellos hombres que dieron el mal informe acerca de la tierra, murieron debido a una plaga delante del SEÑOR. 38 Pero Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefone, sobrevivieron de entre aquellos hombres que fueron a reconocer la tierra.
39 Cuando Moisés habló estas palabras a todos los israelitas, el pueblo lloró mucho. 40 Y se levantaron muy de mañana y subieron a la cumbre del monte, y dijeron: «Aquí estamos; subamos al lugar que el SEÑOR ha dicho, porque hemos pecado». 41 Pero Moisés dijo: «¿Por qué, entonces, quebrantan ustedes el mandamiento del SEÑOR, si esto no les saldrá bien? 42 No suban, no sea que sean derribados delante de sus enemigos, pues el SEÑOR no está entre ustedes. 43 Pues los amalecitas y los cananeos estarán allí frente a ustedes, y caerán a espada por cuanto se han negado a seguir al SEÑOR. Y el SEÑOR no estará con ustedes». 44 Pero ellos se obstinaron en subir a la cumbre del monte; mas ni el arca del pacto del SEÑOR ni Moisés se apartaron del campamento. 45 Entonces descendieron los amalecitas y los cananeos que habitaban en la región montañosa, y los hirieron y los derrotaron persiguiéndolos hasta Horma.

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com
Salmos 50
LIBRO SEGUNDO
Dios, juez del justo y del impío
Salmo de Asaf.
50 El poderoso Dios, el SEÑOR, ha hablado,
Y convocado a la tierra, desde el nacimiento del sol hasta su ocaso.
Desde Sión, perfección de hermosura,
Dios ha resplandecido.
Que venga nuestro Dios y no calle;
El fuego consume delante de Él,
Y a Su derredor hay gran tempestad.
Él convoca a los cielos en lo alto
Y a la tierra, para juzgar a Su pueblo,
Y dice: «Junten a Mis santos,
Los que han hecho conmigo pacto con sacrificio».
Y los cielos declaran Su justicia,
Porque Dios mismo es el juez.     (Selah)
«Oye, pueblo Mío, y hablaré;
Israel, Yo testificaré contra ti.
Yo soy Dios, tu Dios.
No te reprendo por tus sacrificios,
Ni por tus holocaustos, que están continuamente delante de Mí.
No tomaré novillo de tu casa,
Ni machos cabríos de tus corrales.
10 Porque Mío es todo animal del bosque,
Y el ganado sobre mil colinas.
11 Conozco a todas las aves de los montes,
Y Mío es todo lo que en el campo se mueve.
12 Si Yo tuviera hambre, no te lo diría a ti;
Porque Mío es el mundo y todo lo que en él hay.
13 ¿Acaso he de comer carne de toros,
O beber sangre de machos cabríos?
14 Ofrece a Dios sacrificio de acción de gracias,
Y cumple tus votos al Altísimo.
15 Invoca Mi nombre en el día de la angustia;
Yo te libraré, y tú me honrarás».
16 Pero al impío Dios le dice:
«¿Qué derecho tienes tú de hablar de Mis estatutos,
Y de tomar Mi pacto en tus labios?
17 Porque tú aborreces la disciplina,
Y a tus espaldas echas Mis palabras.
18 Cuando ves a un ladrón, te complaces con él,
Y con adúlteros te asocias.
19 Das rienda suelta a tu boca para el mal,
Y tu lengua trama engaño.
20 Te sientas y hablas contra tu hermano;
Al hijo de tu propia madre calumnias.
21 Estas cosas has hecho, y Yo he guardado silencio;
Pensaste que Yo era tal como tú;
Pero te reprenderé, y delante de tus ojos expondré tus delitos.
22 »Entiendan ahora esto ustedes, los que se olvidan de Dios,
No sea que los despedace, y no haya quien los libre.
23 El que ofrece sacrificio de acción de gracias me honra;
Y al que ordena bien su camino,
Le mostraré la salvación de Dios».
   
Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com
Isaías 3–4
Juicio contra Jerusalén y Judá

3 Porque el Señor, DIOS de los ejércitos, quitará de Jerusalén y de Judá
El sustento y el apoyo: todo sustento de pan
Y todo sustento de agua;
Al poderoso y al guerrero,
Al juez y al profeta,
Al adivino y al anciano,
Al capitán de cincuenta y al hombre respetable,
Al consejero, al diestro artífice y al hábil encantador.
Les daré muchachos por príncipes,
Y niños caprichosos gobernarán sobre ellos.
Y el pueblo será oprimido,
El uno por el otro y cada cual por su prójimo.
El joven se alzará contra el anciano,
Y el indigno contra el honorable.
Cuando un hombre eche mano a su hermano en la casa de su padre, le dirá:
«Tú tienes manto, serás nuestro jefe,
Y estas ruinas estarán bajo tu mando»,
Ese día el otro se indignará, diciendo:
«No seré el sanador de ustedes,
Porque en mi casa no hay ni pan ni manto;
No deben nombrarme jefe del pueblo».
Pues Jerusalén ha tropezado y Judá ha caído,
Porque su lengua y sus obras están contra el SEÑOR,
Rebelándose contra Su gloriosa presencia.
La expresión de sus rostros testifica contra ellos,
Y como Sodoma publican su pecado.
No lo encubren.
¡Ay de ellos!,
Porque han traído mal sobre sí mismos.
10 Digan a los justos que les irá bien,
Porque el fruto de sus obras comerán.
11 ¡Ay del impío! Le irá mal,
Porque lo que él merece se le hará.
12 ¡Oh pueblo Mío! Sus opresores son muchachos,
Y mujeres lo dominan.
Pueblo Mío, los que te guían te hacen desviar
Y confunden el curso de tus sendas.
13 El SEÑOR se levanta para luchar,
Está en pie para juzgar a los pueblos.
14 El SEÑOR entra en juicio con los líderes de Su pueblo y con Sus príncipes:
«Pues ustedes han devorado la viña,
El despojo del pobre está en sus casas.
15 ¿Qué piensan al aplastar a Mi pueblo
Y al moler la cara de los pobres?»,
Declara el Señor, Dios de los ejércitos.
16 Además, dijo el SEÑOR:
«Por cuanto las hijas de Sión son orgullosas
Y caminan con el cuello erguido, y con ojos seductores,
Dan pasitos cortos
Para hacer tintinear los adornos en sus pies,
17 Entonces el Señor herirá con tiña los cráneos de las hijas de Sión,
Y el SEÑOR desnudará sus frentes».
18 En aquel día el Señor les quitará los adornos: las ajorcas, los tocados y lunetas,
19 Los pendientes, brazaletes y velos,
20 Las redecillas, cadenillas de los pies, cintas, los frascos de perfume y amuletos,
21 Los anillos y aretes de nariz,
22 Las ropas de gala, túnicas, mantos y bolsas,
23 Los espejos, ropa interior, turbantes y velos.
24 Y sucederá que en vez de perfume aromático habrá podredumbre.
En vez de cinturón, cuerda;
En vez de peinado artificioso, calvicie;
En vez de ropa fina, ceñidor de cilicio;
Cicatriz en vez de hermosura.
25 Tus hombres caerán a espada,
Y tus poderosos en batalla.
26 Las puertas de la ciudad se lamentarán y estarán de luto;
Y ella, desolada, se sentará en tierra.
4 Porque en aquel día siete mujeres echarán mano de un hombre, diciendo: «Nuestro pan comeremos y con nuestra ropa nos vestiremos; tan solo déjanos llevar tu nombre. Quita nuestro oprobio».

Gloria futura del remanente

Aquel día el Renuevo del SEÑOR será hermoso y lleno de gloria, y el fruto de la tierra será el orgullo y adorno de los sobrevivientes de Israel. Y acontecerá que el que sea dejado en Sión y el que quede en Jerusalén será llamado santo: todos los que estén inscritos para vivir en Jerusalén. Cuando el Señor haya lavado la inmundicia de las hijas de Sión y haya limpiado la sangre derramada de en medio de Jerusalén con el espíritu del juicio y el espíritu abrasador, entonces el SEÑOR creará sobre todo lugar del monte Sión y sobre sus asambleas, una nube durante el día, o sea humo, y un resplandor de llamas de fuego por la noche; porque sobre toda la gloria habrá un dosel. Será un cobertizo para dar sombra contra el calor del día, y refugio y protección contra la tormenta y la lluvia.

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com
Hebreos 11
La fe y sus héroes
11 Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella recibieron aprobación los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue preparado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve no fue hecho de cosas visibles.
Por la fe Abel ofreció a Dios un mejor sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó el testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y por la fe, estando muerto, todavía habla. Por la fe Enoc fue trasladado al cielo para que no viera muerte; y NO FUE HALLADO PORQUE DIOS LO TRASLADÓ; porque antes de ser trasladado recibió testimonio de haber agradado a Dios. Y sin fe es imposible agradar a Dios. Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que Él existe, y que recompensa a los que lo buscan.
Por la fe Noé, siendo advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor reverente preparó un arca para la salvación de su casa, por la cual condenó al mundo, y llegó a ser heredero de la justicia que es según la fe. Por la fe Abraham, al ser llamado, obedeció, saliendo para un lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber adónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra de la promesa como en tierra extraña, viviendo en tiendas como Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa, 10 porque esperaba la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
11 También por la fe Sara misma recibió fuerza para concebir, aun pasada ya la edad propicia, pues consideró fiel a Aquel que lo había prometido. 12 Por lo cual también nació de uno, y este casi muerto con respecto a esto, una descendencia COMO LAS ESTRELLAS DEL CIELO EN NÚMERO, E INNUMERABLE COMO LA ARENA QUE ESTÁ A LA ORILLA DEL MAR.
13 Todos estos murieron en fe, sin haber recibido las promesas, pero habiéndolas visto desde lejos y aceptado con gusto, confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. 14 Porque los que dicen tales cosas, claramente dan a entender que buscan una patria propia. 15 Y si en verdad hubieran estado pensando en aquella patria de donde salieron, habrían tenido oportunidad de volver. 16 Pero en realidad, anhelan una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo cual, Dios no se avergüenza de ser llamado Dios de ellos, pues les ha preparado una ciudad.
17 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía a su único hijo18 Fue a él a quien se le dijo: «EN ISAAC TE SERÁ LLAMADA DESCENDENCIA». 19 Él consideró que Dios era poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde también, en sentido figurado, lo volvió a recibir.
20 Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, aun respecto a cosas futuras. 21 Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró, apoyándose sobre el extremo de su bastón. 22 Por la fe José, al morir, mencionó el éxodo de los israelitas, y dio instrucciones acerca de sus huesos.
23 Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño hermoso y no temieron el edicto del rey. 24 Por la fe Moisés, cuando ya era grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, 25 escogiendo más bien ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los placeres temporales del pecado. 26 Consideró como mayores riquezas el oprobio de Cristo que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa.
27 Por la fe Moisés salió de Egipto sin temer la ira del rey, porque se mantuvo firme como viendo al Invisible. 28 Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no los tocara a ellos. 29 Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca, y cuando los egipcios intentaron hacer lo mismo, se ahogaron.
30 Por la fe cayeron los muros de Jericó, después de ser rodeados por siete días. 31 Por la fe la ramera Rahab no pereció con los desobedientes, por haber recibido a los espías en paz.
32 ¿Y qué más diré? Pues el tiempo me faltaría para contar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas; 33 quienes por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia, obtuvieron promesas, cerraron bocas de leones, 34 apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada. Siendo débiles, fueron hechos fuertes, se hicieron poderosos en la guerra, pusieron en fuga a ejércitos extranjeros.
35 Las mujeres recibieron a sus muertos mediante la resurrección. Otros fueron torturados, no aceptando su liberación a fin de obtener una mejor resurrección. 36 Otros experimentaron insultos y azotes, y hasta cadenas y prisiones. 37 Fueron apedreados, aserrados, tentados, muertos a espada. Anduvieron de aquí para allá cubiertos con pieles de ovejas y de cabras; destituidos, afligidos, maltratados 38 (de los cuales el mundo no era digno), errantes por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas de la tierra.
39 Y todos estos, habiendo obtenido aprobación por su fe, no recibieron la promesa, 40 porque Dios había provisto algo mejor para nosotros, a fin de que ellos no fueran hechos perfectos sin nosotros.

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com

Acerca del Autor

0.00 avg. rating (0% score) - 0 votes
Mostrar Más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Verifique también
Close
Back to top button