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¿Debemos consultar a los antepasados muertos?

En Ask Pastor John (Pregunta al pastor John) servimos a una audiencia internacional. Nos siguen oyentes de todo el mundo, ya sea a través de nuestros episodios en inglés o en la docena de idiomas a los que se traduce este podcast. Algunas de nuestras preguntas pueden no tener sentido para todos los oyentes. Es probable que eso ocurra hoy. A continuación la pregunta que recibimos.

Hola, pastor John y Tony. Soy Thokozani, de la región de Gauteng en Sudáfrica. He escuchado el podcast durante dos años y he crecido mucho espiritualmente durante ese tiempo. Mi pregunta proviene de una creencia popular que tenemos aquí en Sudáfrica. La gente cree en la consulta ancestral. Cuando una persona muere, su espíritu o alma no va a Dios inmediatamente, sino que vaga por el lugar donde murió. La familia debe ir a ese lugar y buscar al espíritu utilizando un árbol.

Se trata de una creencia popular, y varios cristianos de aquí se aferran a estas supersticiones. Una vez recuperado el espíritu, se puede enterrar el cuerpo, y solo entonces el espíritu va a Dios y la persona puede finalmente «descansar en paz». Más tarde, los familiares visitan la tumba o instalan un santuario en su casa, donde consultan con esos padres o abuelos muertos, no para adorarlos, sino para establecer comunicación periódicamente y recibir de ellos mensajes a través de sueños o visiones. Pastor John, ¿qué dice la Biblia sobre la comunicación con los antepasados?

Lo que dice la Biblia puede resumirse así: No busques comunicación con los muertos, porque buscar mensajes de los muertos es evidencia de que la verdad bíblica acerca de Dios no se entiende o no se cree. En ambos casos, Dios es deshonrado por la práctica de buscar mensajes de los muertos. Por lo tanto, los cristianos no deben hacerlo, y se les debe enseñar a partir de la Biblia por qué esta práctica deshonra a Dios, y se les debe animar a creer lo que la Biblia enseña acerca de Dios para que sus prácticas lo honren, lo glorifiquen.

Entonces, ¿cuál es la enseñanza bíblica sobre Dios que tengo en mente cuando digo que si buscas estos mensajes de los muertos, no conoces esas enseñanzas o no las crees? Estas son cuatro cosas acerca de Dios que necesitan ser enseñadas y conocidas.

1. Dios remueve nuestras almas inmediatamente

Cuando una persona muere, Dios se lleva su alma del mundo inmediatamente, ya sea a Sí mismo o a un lugar de tormento. A ningún alma separada del cuerpo se le permite permanecer en la tierra y vagar después de la muerte. Jesús dijo al ladrón en la cruz:

«Hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lc 23:43); sin un lugar intermedio, sin vagar por Jerusalén.

Lucas 16 describe la muerte del pobre Lázaro y del hombre rico. Inmediatamente, uno va a la presencia de Abraham en el cielo y el otro a un lugar de tormento, y hay un gran abismo puesto entre ellos. Sus almas no quedan en la tierra.

En Filipenses 1, Pablo dice que su muerte lo pondría en presencia de Cristo. En 2 Corintios 5, quizás el texto más claro de todos, dice: «preferimos… estar ausentes del cuerpo y habitar con el Señor» (2 Co 5:8). No hay laguna. No dice:

«aparte del cuerpo en casa y en el vecindario por unos días». Por lo tanto, esa parte de la práctica en Sudáfrica se basa en un malentendido de la acción de Dios en el trato con los muertos.

2. Dios nos prohíbe consultar a los muertos

Dios prohíbe explícitamente consultar a los muertos. «Y cuando les digan: “Consulten a los adivinos y a los espiritistas que susurran y murmuran”, digan:

“¿No debe un pueblo consultar a su Dios? ¿Acaso consultará a los muertos por los vivos?”» (Is 8:19). Y la respuesta es claramente no. Así que no tenemos que preguntarnos qué piensa Dios de esta práctica. Él dice: «No lo hagas».

Y detrás de la prohibición está el razonamiento sobre la suficiencia de Dios y Su honor al comunicarnos lo que necesitamos. «¿No debe un pueblo consultar a su Dios?».

Ese es el segundo punto sobre Dios que es malentendido o no creído por aquellos que buscan mensajes de los muertos. Entonces, vayamos al número tres. El número dos fue solo una prohibición explícita.

3. Dios ya ha hablado generosamente

Dios ha mostrado que es Él mismo —no los antepasados, ni los ángeles, ni los médiums, sino Él mismo— quien nos proporciona lo que necesitamos saber para vivir una vida cristiana fructífera y que honre a Dios. A eso se refiere el profeta cuando dice:

«¿No debe un pueblo consultar a su Dios?» (Is 8:19). Sabe que Él es suficiente; Él es sabio; Él está dispuesto.

Dios ha mostrado que es Él mismo —no los antepasados, ni los ángeles, ni los médiums— quien nos proporciona lo que necesitamos saber para vivir

Puedes oír en esa pregunta que es impensable que trates a tu Dios vivo como si de alguna manera no estuviera dispuesto a decirte lo que necesitas saber para vivir para Su gloria — como si Dios fuera tan incapaz o no estuviera dispuesto a dar a Su pueblo lo que necesita, que este se vea obligado a comunicarse con los muertos, como si criaturas muertas, pecadoras, finitas y falibles pudieran ser más útiles que el Dios que hizo el cielo y la tierra, lo sabe todo, es todo sabio, gobierna todas las cosas y ama a Sus hijos.

El Nuevo Testamento nos dice al menos tres cosas sobre la generosidad de la comunicación de Dios con Sus hijos:

«[Dios] nos ha hablado por Su Hijo» (He 1:2). Jesucristo es la Palabra decisiva de Dios. En Él están «todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento» (Col 2:3), y Él es gloriosamente retratado en el Nuevo Testamento para nuestra comprensión, disfrute y para seguirle.

- Dios dijo a los apóstoles que los guiaría a toda verdad cuando enseñaran a la iglesia qué creer y cómo vivir (Jn 16:13). Luego llamó a Su enseñanza «el fundamento» de la iglesia (Ef 2:20), y llamó a la fe de los apóstoles «la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos» (Jud v. 3). Tenemos la plenitud de la enseñanza apostólica en el Nuevo Testamento.

- Dios nos dijo que todas las Escrituras son Su Palabra inspirada y que son útiles para equipar al hombre de Dios «para toda buena obra» (2 Ti 3:16-17). A través de las Escrituras, Dios nos ha dado la revelación que necesitamos para hacer las buenas obras a las que Él no1s llama.


Por eso, buscar mensajes de los antepasados, enseña la Biblia, es una deshonra a Dios, quien se ha comunicado tan generosamente con nosotros sobre todas las cosas que necesitamos para vivir como Él quiere que vivamos.

4. La providencia de Dios gobierna todo para nuestro bien

Buscar mensajes de antepasados implica no creer en las gloriosas implicaciones para los hijos de Dios de que la providencia de Dios es omnipresente y lo controla todo, es decir, que Él obra todas las cosas mediante esa providencia para nuestro bien mientras confiamos en Él.

El apóstol Pablo nos enseñó que puesto que Dios «no negó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros», ciertamente «nos dará también junto con Él todas las cosas» (Ro 8:32), todas las cosas que necesitamos saber, todas las cosas que necesitamos tener para honrar a Dios y hacer Su voluntad.

Toda la Biblia nos enseña que Dios está absolutamente en control de todos los demonios, todos los espíritus, todas las langostas y los gusanos, los virus, las bacterias, las plantas, los peces, los leones, los curanderos, las sequías, las hambrunas, las lluvias, las inundaciones, los vientos, los terremotos, las enfermedades, la vida y la muerte.

La providencia de Dios, Su soberanía intencional, es absoluta y omnipresente en el control de todas las cosas. Por lo tanto, no hay nada que los mensajes de los antepasados puedan hacer que sea más seguro o mejor que lo que nuestro Padre celestial está comprometido a hacer por nosotros porque Jesús murió por nosotros.

Entonces, la posición bíblica es esta: No busques comunicación con los muertos, porque buscar mensajes de los muertos es evidencia de que la verdad bíblica acerca de Dios no es entendida o no es creída. En cualquier caso, Dios es deshonrado. Y aquí hay cuatro verdades que necesitamos saber:

Dios saca a los muertos del mundo inmediatamente.
Dios prohíbe explícitamente la comunicación con los muertos.
Dios ha demostrado que es Él mismo quien nos proporciona lo que necesitamos saber.

La providencia de Dios lo gobierna todo para nuestro bien.

Publicado originalmente en Desiring GodTraducido por Eduardo Fergusson.

​John Piper (@JohnPiper) es fundador y maestro de desiringGod.org y ministro del Colegio y Seminario Belén. Durante 33 años, trabajó como pastor de la Iglesia Bautista Belén en Minneapolis, Minnesota. Es autor de más de 50 libros.

Acerca del Autor

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