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¿Qué significa la fe según Hebreos 11:1?

¿Qué es la fe?

Dependiendo de quién responda la pregunta, es probable que obtengamos respuestas diferentes. Un existencialista podría responder a la pregunta centrándose particularmente en la naturaleza de la fe, enfatizando el ejemplo de la sinceridad en el compromiso sin tener en cuenta el contenido de su creencia.

Mientras que un secularista podría abordar el tema enfatizando el carácter justificable de la fe basada en evidencia. Para ellos, las creencias religiosas no son más que un salto ciego hacia lo desconocido, contrario a toda evidencia discernible.

Un cristiano, por otro lado, probablemente señalará un pasaje como Hebreos 11:1, donde el autor sostiene que «la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve».

Pero ¿a qué se refiere el autor de Hebreos en este versículo?

Yo diría que presenta mucho más que una definición de lo que es la fe. También ofrece un resumen de lo que la fe hace. Para entender esto, el lector debe enmarcar Hebreos 11:1 dentro del contexto del libro en su conjunto.

Antes de que el lector llegue a Hebreos 11:1, debe pasar por Hebreos 10:19-39, donde se advierte a los santos que no retrocedan en la fe.

En tales casos de apostasía, uno no podrá obtener las promesas de Dios. Esta advertencia contrasta con Hebreos 11:1-40, donde la fe se describe como una esperanza perseverante en las promesas de Dios. A modo de demostración, el autor ofrece una mirada amplia a las acciones del pueblo de Dios a lo largo de la historia redentora.

Hay un par de observaciones notables en el texto que nos ayudan a entender la fe desde la perspectiva de Hebreos 11:1.

Primero, hay aspectos tanto subjetivos como objetivos de la fe. A nivel subjetivo, la fe está convencida de que lo que Dios promete con toda seguridad se cumplirá.



A nivel objetivo, lo que se espera se basa en (y está garantizado por) el objeto de la fe, es decir, un Dios fiel. Por tanto, la fe es mirar a Dios y confiar en Él para todo, mientras que la esperanza es mirar al futuro y confiar en Dios para ello.

"La fe es mirar a Dios y confiar en Él para todo, mientras que la esperanza es mirar al futuro y confiar en Dios para ello"

Todos hemos oído decir: «ver para creer». Sin embargo, para los santos del Antiguo Testamento a quienes se les prometieron cosas que no vieron, la fe puede definirse como creer incluso cuando estas cosas aún no se ven completamente.

Debido a que creyeron en las promesas de Dios y actuaron de acuerdo con ellas, fueron elogiados por su fe. Para ellos, la recompensa de la fe consistió en ver algún día lo que siempre habían creído. Esto es importante porque, en muchos sentidos, la fe está relacionada con las realidades invisibles de Dios.

Considera cómo el autor usa las palabras «seguridad» y «convicción» en Hebreos 11:1 con respecto a las promesas de Dios. Primero, la fe es una seguridad de que lo que se espera se hará realidad. Sin embargo, la fe es también la convicción de que las promesas no visibles de Dios se cumplirán.

En segundo lugar, los ejemplos de los santos del Antiguo Testamento demuestran que la fe es mucho más que el estático ascenso cognitivo a ciertas doctrinas. De hecho, la fe debe vivirse en obediencia activa a la Palabra de Dios.

No hace mucho, uno de nuestros vehículos quedó inoperable. Al ver que no tengo ninguna inclinación por la mecánica, hice lo que cualquier persona razonable haría en mi situación: acudí a un mecánico en busca de ayuda.

Este mecánico en particular tiene un historial confiable y se ha ganado mi confianza con el tiempo. Ahora bien, para que el mecánico arregle mi auto, tengo que entregarle mis llaves.

En muchos sentidos, este acto de confianza es una demostración de fe viva. Sin confiarle mi vehículo, toda mi confianza en su competencia se reduce a nada. Una cosa es creer que mi mecánico puede arreglar mi auto, otra es confiarle realmente eso.

"Jesucristo es el fundador y consumador de nuestra fe, la evidencia innegable de la fidelidad de Dios a Su Palabra"

Las acciones obedientes de los santos del Antiguo Testamento se ofrecen como prueba de su fe. Después de todo, una cosa es creer que Dios será fiel a Su Palabra y otra es vivir de acuerdo con ella. La fe de los santos del Antiguo Testamento es encomiable, considerando que experimentaron solo vislumbres preliminares de lo que Dios les prometió y vivieron sus vidas anticipando una realidad futura mayor (He 11:39-40).

Aún más, estos santos no solo dieron testimonio de la Palabra de Dios en fe, sino que además la Palabra de Dios da testimonio de su fe (He 11:2).

¿Qué hace la fe?

Teniendo en cuenta las dos primeras observaciones, se podría argumentar que la naturaleza subjetiva de la fe de uno depende de que se justifique el carácter objetivo de esa fe.

El teólogo británico A. H. Strong ilustró este punto con la analogía del enganche de un tren.

El acoplamiento une un tren de vagones a una locomotora. El acoplamiento no tiene potencia por sí solo, no puede mover ni un solo vagón ni un centímetro.

Toda la potencia está en la locomotora. Pero el acoplamiento es el eslabón por el que se transmite la potencia de la locomotora a los vagones.

De manera similar, la fe es tan poderosa como el objeto de la fe. Es por eso que sostuve anteriormente que Hebreos 11:1 es mucho más que una definición de fe, sino también un resumen de lo que la fe hace. Cuando uno examina las vidas de los santos del Antiguo

Testamento en Hebreos 11, queda claro que su fe los movió a la obediencia aunque no recibieron plenamente lo prometido.

No es casualidad, entonces, que el autor de Hebreos pase de las esperanzas incumplidas de los santos del Antiguo Testamento a Jesucristo,

Aquel que cumple todas las esperanzas y promesas de Dios. En otras palabras, el pasaje avanza hacia una exhortación a aferrarnos a las realidades en las que está fijada nuestra esperanza, las cuales aunque aún no se han visto plenamente, ya son nuestras en Cristo.

Después de todo, sin Jesucristo crucificado y resucitado, la fe en las promesas de Dios sobre el perdón de los pecados y la vida eterna más allá de la tumba no son más que un optimismo infundado.

Es posible que los santos del Antiguo Testamento nos hayan dado ejemplos de fe al vivir de acuerdo con la realidad de las cosas que esperaban.

Sin embargo, como cristianos entendemos que Jesucristo es el fundador y perfeccionador de nuestra fe, la evidencia innegable de la fidelidad de Dios a Su Palabra.

Mientras que el ejemplo de los santos del Antiguo Testamento nos recuerda que nuestra fe está ligada al objeto de nuestra fe, es decir, a nuestro Dios fiel, la persona histórica y la obra de Jesucristo nos recuerdan que nuestra fe no es una creencia sin pruebas.

Él es la evidencia de que nuestro Dios es fiel a Su Palabra. La pregunta para todo cristiano es esta: ¿Demuestra tu vida una fe en obediencia activa como los santos de Hebreos 11?

Publicado originalmente en Crossway. Traducido y adaptado por el Equipo Coalición.

Matthew Z. Capps (M. Div, Southeastern Baptist Theological Seminary; D. Min. Gordon-Conwell Theological Seminary) se desempeña como pastor principal en Fairview Baptist Church en Apex, Carolina del Norte. Matt ha escrito varios artículos para sitios web y blogs, como The Gospel Coalition, Gospel Project y For the Church. Matt y su esposa, Laura, tienen tres hijos.

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